Veremos qué sucede en la actual semana con tres de las siete magníficas presentando resultados (Microsoft, Meta y Apple)
El verano ha comenzado con correcciones en la renta variable global. Las causas son diversas. Para empezar, sin mucho análisis, tenemos los excesos alcistas del 1S-24 en algunos sectores de la renta variable. Con todo, parece que lo que le quitan a los inversores (las bolsas estadounidenses han perdido más de 2 billones de dólares desde mediados de julio), no tarda en serles devuelto, al menos a parte de ellos, con movimientos al alza que compensan las caídas especialmente fuertes en el sector tecnológico (Nvidia y Tesla más del -15% desde máximos). Veremos qué sucede en la actual semana con tres de las siete magníficas presentando resultados (Microsoft, Meta y Apple).
Veamos lo que nos podría deparar lo que queda de verano partiendo de los datos que conocemos.
Aunque hay indicadores contradictorios, la economía americana no se desacelera
En el 2T-24, el PIB de EEUU creció un 0,7% intertrimestral (2,8% anualizado), lo que supone una aceleración significativa con respecto al trimestre anterior, cuando se registró un crecimiento del 0,35% intertrimestral. Con este dato, la tasa de variación interanual se situó en el 3,1% superando el 2,9% que mostraba en el 1T-24. La desagregación por componentes muestra crecimiento en casi todas las partidas del PIB, lo que apunta a una economía sólida pese al tensionamiento monetario. El consumo privado, el consumo público y la inversión no residencial fueron los principales motores del crecimiento en el periodo ¿Quién dijo recesión?
El mercado laboral, por su parte, revela algún síntoma de enfriamiento, aunque todavía ligero. Esto refuerza las potenciales bajadas de tipos de la Reserva Federal (Fed). De hecho, la hoy olvidada Regla de Taylor, antaño muy seguida por la FED y que determina el tipo de interés teórico necesario para estabilizar una economía en el corto plazo manteniendo el crecimiento a largo plazo, indica en estos momentos que los tipos de interés americanos deberían situarse en el 4%. Importante reducción visto que se mantienen en el 5,25%. Esta guía busca un equilibrio entre inflación – más que encauzada de acuerdo con la información publicada la pasada semana- y el crecimiento económico. Es decir, el mejor de los escenarios. En todo caso, conoceremos estos días el posicionamiento de la Fed.
Las elecciones presidenciales van a ser, probablemente, ganadas por Donald Trump. A pesar de la estruendosa exageración y, a veces, absurdo radicalismo que caracteriza a sus políticas, Trump será un presidente procrecimiento, defendiendo la buena marcha de las empresas y de la economía estadounidense en general, lo que siempre comporta beneficios para la economía global, si bien a costa de pisotear a algún país. Le asigno muy baja probabilidad a la victoria de la candidata demócrata Kamala Harris. A pesar de haber sido la primera vicepresidenta negra con orígenes asiáticos de la historia del país, realmente no representa a ningún colectivo que en los Estados swingers, decisivos por su número de votos electorales, suelen decantar la victoria hacia un lado u otro. Su mandato ha estado plagado de errores de comunicación y contradicciones, amén de los detractores en su propio partido por no ser «suficientemente de izquierdas» y no haber impulsado el “Nuevo Pacto Verde” y la sanidad pública. Quizás de ahí su tibieza ante el fraude electoral que intenta Maduro en Venezuela (por ahora sólo Rusia, Cuba, Irán, Siria, Bolivia, Nicaragua y Honduras apoyan el “resultado electoral oficial”). ¿Será por eso que nuestro Presidente y su Gobierno se pasan constantemente de frenada y callan, por ahora, ante el fraude de Venezuela?
La economía europea, aunque también con datos contradictorios, le va a la zaga
Las perspectivas económicas de Estados Unidos parecen más resilientes en comparación con las de varios países europeos (debilidad en Francia y Alemania) y otros mercados desarrollados. No obstante, varios datos macroeconómicos de la Eurozona exhiben avances como son la confianza del consumidor y las mejoras salariales sin crear tensiones inflacionistas. Y eso que a tenor de los militarizados Juegos Olímpicos que acontecen en París y de sus llamativas bolsas de pobreza en una capital desestructurada, podríamos pensar que la decadencia europea no tiene freno. Y me temo que así es en cuanto a valores y respeto sociales. La ceremonia de inauguración de los citados Juegos fue un buen ejemplo de ello.
Las perspectivas económicas de Estados Unidos parecen más resilientes en comparación con las de varios países europeos.
Sin embargo, la economía de la eurozona, apoyada en la citada mejora de la confianza de los consumidores y en el empuje de los países periféricos, continúa progresando. Ello se refleja en la mayoría de las cuentas de resultados del 2T-24 que se van publicando por grandes empresas europeas, sobre todo en banca y telecomunicaciones. Buen entorno entonces para la inversión en los mercados de acciones europeos, con España a la cabeza gracias a sus bancos, al peso del turismo y al sector inmobiliario.
Mantenimiento de la rotación durante un tiempo
Aunque las incertidumbres en materia geopolítica y de comercio internacional sigan al alza por las posturas poco amistosas hacia China del próximo Presidente de EEUU —sea quien sea finalmente— y la inquietud de los actores económicos sobre la velocidad de las bajadas de tipos no acaba de disiparse, la inercia de la rotación desde compañías megacaps hacia otras de pequeña y mediana capitalización va a continuar. Probablemente, de aquí a final de año, veremos más correcciones como las acaecidas en este agonizante mes de julio, lo que obliga a aplicarse en el enfoque descrito si se quiere mantener exposición a renta variable con menos sustos de volatilidad.
No sufran con un calor que, felizmente —welcome tourism—, se mantiene en nuestro país, y asesórense bien y sean prudentes.