Durante las dos últimas semanas he podido leer más de veinte análisis de distintas casas de gestión sobre las caídas de las Bolsas. Prácticamente todos, incluido el de mi empresa iCapital, coinciden en lo principal: los indicios de futura inflación en EEUU y cierto tensionamiento de la curva de tipos de interés en Estados Unidos han provocado una cadena de ventas cuya dimensión se ha visto acrecentada por elementos técnicos (órdenes robotizadas) y por el exceso de complacencia (la volatilidad estaba en mínimos) y las elevadas valoraciones de algunos segmentos del mercado. No voy a profundizar de nuevo en ello y voy a limitarme a exponer tres gráficos que muestran que la situación de los mercados de acciones no debería de deteriorarse mucho más allá de lo que hemos visto.
La fase del ciclo en que nos encontramos
El siguiente gráfico de la gestora Capital Group muestra cómo la mayor parte de las principales economías se encuentran en fases iniciales o intermedias del ciclo económico:
Fuente: Capital Group, FactSet.
El Fondo Monetario Internacional revisó al alza su previsión de crecimiento para este año hace tan solo dos semanas y espera que la economía global crezca un +3,9% en 2018. Todas las grandes economías del mundo menos la española, por el impacto de la incertidumbre política ligada a Cataluña, tienen mejor perspectiva de crecimiento que hace unos meses. Esto demuestra que el ciclo de crecimiento global es sólido por lo que las perspectivas en 2018 de los activos de riesgo son positivas.
Beneficios y valoración: no pintan mal
El siguiente gráfico de JP Morgan refleja, por un lado, la fuerza que mantiene el crecimiento de los beneficios empresariales en las principales zonas económicas del mundo y, por otro, la valoración actual de las Bolsas que, sin estar baratas, no refleja excesos significativos. El cumplimiento de las perspectivas de beneficios y los niveles alcanzados por algún mercado tras las caídas, ayudan a mejorar esta foto.
Fuente: J.P. Morgan Asset Management, FTSE, IBES Standard & Poor’s, Thomson Reuters Datastream.
Las causas para un desplome mantenido en el tiempo no se divisan
La pasada semana, tuve ocasión de escuchar en Madrid a Stefan Kreuzkamp, Chief Investment Officer de Deutsche Asset Management. Concluía una brillante presentación con el siguiente cuadro:
Fuente: Deutsche Asset Management.
Además de la improbabilidad de recesión vistas las estimaciones de crecimiento de PIB global comentadas en el primer punto de este post y de las valoraciones apoyadas en beneficios (tratado también más arriba), tanto la postura acomodaticia y «pro-mercado» de la Reserva Federal como lo atemperado de los riesgos geopolíticos no parecen que vayan a ser tampoco elementos que traigan obstáculos para una evolución favorable de las Bolsas.
Conclusión: no habrá solución inmediata pero tampoco hundimiento generalizado
Si el pasado mes de enero no hubiera sido tan brillante en Bolsa, seguramente no estarían algunos pensando en que podríamos estar al borde del precipicio. Ello se debe a que los altos niveles alcanzados por casi todos los mercados han impulsado la fuerza de los descensos. Aunque la volatilidad en forma de caídas aparezca con mucha más frecuencia que en los últimos 18 meses, creo que el precipicio está lejos y el curso de los mercados no va a desembocar en catástrofe. Es lo que nos cuentan los datos expuestos. No obstante, tras tantos años de bonanza económica y bursátil en EEUU, la experiencia y el sentido común aconsejan la cautela.
Asesórense bien y sean prudentes.