¿Salvará la caída del Euro a las bolsas?

¿Salvará la caída del Euro a las bolsas?

 

La política monetaria no funciona. Es la única explicación posible para una divisa fuerte, el Euro, y para un dato de inflación cercano a cero en la Eurozona y negativo en España, cuando el tipo de interés oficial del Banco Central Europeo (BCE) se sitúa en el 0,15% y éste además cobra un interés negativo del -0,10% a los bancos que le llevan dinero. La causa por la que no suben los precios es, cómo no, la crisis económica de origen financiero que comenzó en 2008 y que todavía no hemos superado. Los motivos de la fortaleza del Euro hay que buscarlos en EEUU y, en menor medida, en el inveterado temor alemán a la inflación.

 

Ante esta situación, el BCE va a sacar toda la artillería monetaria de que dispone buscando que el bajo nivel de tipos de interés tenga por fin efecto en la economía real y, a la vez, lograr depreciar el euro para evitar la deflación y la temida vuelta a la recesión.

 

Las bolsas muestran cansancio…

 

Las bolsas europeas parecen estancadas. No acaban de corregir, lo que sería sano para reorganizar carteras, y es difícil de encontrar oportunidades de inversión, al menos por análisis fundamental. La mejora de márgenes y la reducción de costes han permitido a muchas empresas mejorar sus cuentas de resultados. Pero la generación de caja, los aumentos en la remuneración al accionista y los movimientos corporativos no van a impulsar los precios de las acciones de manera permanente.

 

Para consolidar cotizaciones y presentar una perspectiva de crecimiento que justifique futuras alzas, es imprescindible un incremento en las ventas que se antoja más que complicado en muchos sectores dada la debilidad de la demanda doméstica y, últimamente, la reducción del comercio exterior.

 

… porque la economía europea se torna débil

 

Los indicadores europeos de clima empresarial y confianza del consumidor pierden fuerza (especialmente en Italia, Francia y ¡también en Alemania!) y la deflación es una amenaza real en Europa. El crédito siguen sin fluir porque los bancos consideran que la demanda no es lo suficientemente solvente. Los todavía excesivos desequilibrios de balance en muchas entidades financieras y el retraimiento de la inversión empresarial, acaban por poner la guinda al pastel del temido estancamiento.

 

¿Ha conseguido Draghi que Alemania cambie de postura?

 

Me refiero a la compra de renta fija de emisores públicos y privados por parte del BCE. Aquí está el escollo más difícil de superar en la oposición alemana a las medidas monetarias poco ortodoxas. Los germanos han ido poco a poco aceptando prácticamente todos los planteamientos de Draghi, excepto su intervención directa en el mercado de bonos. Su Ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, lo venía a recordar implícitamente en declaraciones de la semana pasada cuando decía que la política monetaria sólo puede ya comprar tiempo y que no creía que el BCE tuviera instrumentos para luchar contra la deflación. Siempre tan “edificantes”, los alemanes.

 

No obstante, todo puede cambiar en pocas semanas e incluso días. Creo que esta vez el miedo del BCE a una nueva recesión es insoportable y que por ello va a comenzar a adquirir renta fija en mercado abierto (la denominada en EEUU Quantitative Easing). Lo hará con algunas reservas y cautelas para vencer el veto alemán, pero lo hará. Es lo que está descontando el mercado de bonos llevando las rentabilidades de las principales referencias a niveles nunca vistos (por lo bajo) y a los precios (siempre con comportamiento inverso al de las rentabilidades) a nuevas alzas.

 

Hay quienes opinan que esta medida no supone sino echar más gasolina adulterada a un fuego que se extingue. No lo sé. De lo que sí estoy seguro es de que si la bancarización extrema europea impide que el dinero fluya y llegue a la economía real, algo hay que hacer para remediarlo. El otro escenario es la vuelta a la recesión y salir de ésta, lo sabemos, cuesta mucho.

 

El Euro seguirá cayendo

 

Los precios de los bonos son los favorecidos indirectos de todo esto. Lo que espero es que el verdadero “beneficiado-damnificado” sea el Euro. La divisa europea debería acentuar su ya comenzado deslizamiento a la baja frente al Dólar y otras divisas. Creo que aquí está la clave para el futuro cercano de la economía europea: un euro débil, o menos fuerte, debería ayudarnos para:

 

–        superar los riesgos de deflación

–        lograr ganancias de competitividad que fortalezcan nuestros datos de comercio exterior

–        mejorar la confianza empresarial

–        y , en definitiva, superar el bache de debilidad económica que estamos atravesando en Europa.

 

Si, además, todo lo anterior se complementa con cierto incremento de la demanda doméstica apoyado en una mejora de la confianza del consumidor y en una mayor fluidez del crédito bancario, el futuro aparece entonces más nítido por lo favorable, tanto para la economía como, lógicamente, para las bolsas. Y dentro de éstas, especialmente propicio para las compañías más beneficiadas y mejor posicionadas ante un movimiento como el descrito.

 

Hace unos días se rumoreaba sobre la existencia de un pacto entre Europa y EEUU para que la caída del Euro continuara por los mencionados efectos beneficiosos que tal evento puede tener para la Eurozona, e indirectamente, ahora que ya crecen con fuerza, para los EEUU. No sé si es verdad, pero thank you. En no mucho tiempo, lo sabremos y lo contaremos aquí.

 

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