La volatilidad ha regresado a los mercados de acciones debido a la intensificación de la guerra comercial causada por las torpezas de Trump, al mayor riesgo de un Brexit descontrolado por la actitud beligerante de Johnson (hermano gemelo del Presidente americano), a la ralentización económica en Alemania y a los movimientos políticos en Italia impulsados por Salvini (primo lejano de los anteriores). Al juntar todo ello contemplamos un escenario de menor confianza por parte de empresarios y consumidores y mayor incertidumbre sobre el crecimiento global, lo que incrementa el riesgo de un final abrupto del ciclo/recesión y provoca caídas en las Bolsas (entre -5% y -10% en los principales índices) y en otros activos de riesgo. Los bonos soberanos, por su parte, están actuando de refugio y sus precios suben a la vez que sus rentabilidades profundizan en terreno negativo. ¿Qué puede pasar y qué hacer ahora?
Escenario más probable en la guerra comercial: acuerdos de mínimos
Visto lo explicado más arriba, Trump se está mostrando más contemporizador con los aranceles sobre productos chinos y, entre otros intentos de aflojar las tensiones comerciales, ha planteado alargar la tregua a Huawei otros 90 días. Habrá que observar cómo responde China a esos acercamientos del Presidente americano. Tras la última depreciación del Yuan: ¿quién tiene ahora más miedo a un deterioro económico motivado por una guerra comercial global? Creo que una serie de acuerdos de mínimos podría acabar siendo el escenario más razonable en el corto plazo. En todo caso, en estos momentos, la reacción de los mercados ante ello es muy incierta. Veremos.
Próximas reuniones de Bancos Centrales en el punto de mira
En el marco descrito encontramos una creciente debilidad de los datos macroeconómicos y una pendiente invertida de la curva 2-10 años en Estados Unidos (lo que suele anticipar una recesión para los próximos meses). De ahí que las reuniones de septiembre del BCE y de la FED (días 12 y 18 respectivamente) y las potenciales medidas de flexibilización monetaria que en ellas se anuncien serán claves para el devenir de los mercados de acciones y bonos. La actuación de los Bancos Centrales como impulsores de la recuperación de la confianza podría ser el catalizador para tener un último cuatrimestre favorable en las Bolsas apoyado en un repunte de la economía europea y en el mantenimiento de la estadounidense. No obstante, creo que sobrevalorar la capacidad presente de influir en la marcha económica por parte las autoridades monetarias es actualmente uno de los mayores riesgos, lógicamente, a evitar.
La confirmación del plan de inversión que sugirió recientementeel Ministro de Finanzas germano, Olaf Scholz, al declarar que su Gobierno podría inyectar hasta 50.000 millones de euros de gasto adicional para estimular la debilitada economía alemana (recordemos que Alemania tiene un superávit presupuestario récord), así como lo que suceda en la reunión de banqueros centrales, economistas y empresarios en Jackson Hole (EEUU) que comienza a final de esta semana, serán también elementos a tener en cuenta para la evolución de los mercados en el corto plazo.
Medidas en las carteras de inversión
Además de insistir en la infraponderación del peso total de la renta variable en cartera (cuya cuantía final dependerá siempre del perfil de riesgo de cada inversor), lo que he estado recomendando durante los últimos meses, y en el mantenimiento de una elevada diversificación en tipos y subtipos de activo (especialmente en renta fija) con preponderancia de la gestión activa (versus la pasiva o ligada a índice), creo que contar con inversiones alternativas a las financieras (inmobiliario, private equity, crédito privado, energías renovables, etc.) cobra cada vez más importancia para todos los inversores que acepten su escasa liquidez (indispensable, pues, visión de largo plazo) y que quieran dotar de un componente de estabilidad a la valoración de sus carteras. De varias de ellas he tratado ya en recientes entradas de este blog.
La presencia de activos que actúan de refugio en caso de caídas en Bolsa (como determinada renta fija de medio/largo plazo incluyendo aquí los bonos ligados a inflación – ahora deprimida -) y el hecho de disponer de liquidez en la cartera, son otras de las medidas que sin duda nos permitirán navegar con más calma en la vorágine que nos espera durante los próximos meses.
¿Llegará el fin del ciclo de manera natural o serán los políticos quienes acaben con él?
Conocer la respuesta a la pregunta del antetítulo nos daría la pista definitiva sobre cómo movernos en los mercados durante los próximos meses, pero no sabemos cuál es. Las medidas de los Bancos Centrales deberían ir encaminadas a recuperar la confianza lo que permitiría reducir la volatilidad pues minimizaría el riesgo de una recesión en los próximos trimestres. Sin embargo, la capacidad de errar de los políticos es, como sabemos, ilimitada, como contaba hace ahora menos de un año en este blog.
Teniendo en cuenta lo expuesto y buscando aportar la máxima claridad a los lectores de Expansión.com, sobre todo a aquéllos que estén pensando en aprovechar las recientes caídas en Bolsa, incluyo a continuación como conclusión una reflexión, muy acertada a mi juicio, que Juan Uguet, gestor de Lierde Sicav, hacía en su última comunicación a inversores:
“A todo el mundo le gusta ser el ‘Smart Money’ (compra abajo y vende arriba), lo que a nuestro juicio es muy arriesgado ya que el miedo suele llevar a lo contrario ‘Dumb Money’ (vende abajo y compra arriba). La experiencia nos dice que ‘Smart Money’ es el que permanece invertido en buenos valores mirando el largo plazo y sin preocuparse por lo que pasa en el corto. La economía crece en el largo plazo y con ella los recursos propios de las compañías. Las bolsas suben y bajan y muchas veces vuelven a niveles similares a los de años atrás. Sin embargo, las buenas compañías tienden a valer más en el tiempo y es en estas compañías donde tratamos de estar invertidos en Lierde. Invertir nunca es fácil ya que siempre hay incertidumbre y riesgos en el horizonte. En el momento actual hay muchos frentes abiertos y eso se refleja en valoraciones muy atractivas y un mayor número de oportunidades que en otros momentos. La experiencia me dice que no es acertado tratar de ser ‘Smart Money’ ya que las probabilidades de terminar siendo ‘Dumb Money’ son muy elevadas”.
Asesórense bien y sean prudentes.