Dolor en los mercados: ¿hasta cuándo?

En esta tormenta de caídas e incertidumbres que atraviesan los mercados, hay algo de lo que podemos estar seguros: los niveles de inflación seguirán altos durante los próximos años y la política de tipos de interés al alza para frenar las subidas de precios impulsada por los bancos centrales acabará por frenar la economía. Aquí surge la gran duda: ¿cuánto va a frenarse y hasta qué punto va a continuar el impacto negativo en los mercados?

Qué esperar de la economía USA y de su Bolsa

Los mercados tienen cada vez más dudas  sobre qué podemos esperar del crecimiento de la economía global en los próximos trimestres: inflación aparentemente desbocada, miedo a que las alzas de tipos de interés no frenen las subidas de precios y estrangulen el crecimiento, los costes de la energía manteniendo su tendencia alcista…  La guerra en Ucrania y el cierre de China por ómicron han enturbiado todavía más el panorama. De hecho, el presidente  Powell  (Fed) admitió recientemente que el hecho de que se produzca o no un aterrizaje suave de la economía es cada vez más incierto y que subirán tipos hasta tener evidencias  «claras y convincentes»  de que la inflación afloja. De ahí que sea un momento oportuno para analizar lo que puede pasar en la Bolsa americana desde el punto de vista fundamental – crecimiento de beneficios y tipos de interés – y hacerlo con la información de la que disponemos en estos momentos. De ese mercado dependerá en gran medida lo que suceda en nuestro entorno bursátil más cercano. 

Buscando refugio: ¿hay alternativa?

La primera semana de mayo ha sido un buen ejemplo del tormentoso entorno en que se están moviendo las economías en Occidente: inflación aparentemente desbocada, miedo a que las alzas de tipos de interés no frenen las subidas de precios, el riesgo de recesión en el horizonte cercano… De ahí que viéramos cómo el pasado jueves el optimismo tras las palabras de Powell (FED) durara apenas una sesión y las  bolsas retomaran las caídas  lideradas por el sector tecnológico. Y ello a pesar de que  los resultados en agregado tanto en Estados Unidos como en Europa están siendo positivos con sorpresas al alza que alcanzan el +4% y el +10% respectivamente. Difícil contexto para los inversores más conservadores/prudentes que buscan refugio para sus carteras.  

RF de EEUU, ¿la inversión del año?

Recordando lo que escribía en este blog hace unas semanas, el inicio del año 2022 para los precios de la renta fija de EEUU es probablemente el peor de la historia desde la Segunda Guerra Mundial. El bono del tesoro americano a 10 años acumula  pérdidas de aproximadamente el -8%  y todavía no han transcurrido los cuatro primeros meses de este infausto ejercicio para los mercados de bonos y acciones globales. En la citada columna de principio de mes, citaba varias formas de aprovechar ahora la renta fija. En general, todas están funcionando bien en este mes de abril y alguna, como es el caso de la renta fija estadounidense, ha mejorado el momento de entrada en sus plazos largos. 

Estanflación, ¿miedo injustificado?

Nadie duda ya de que la inflación no es transitoria y que va a costar tiempo y subidas de tipos lograr que baje de las tasas actuales. En cambio, la  medición del impacto  de lo anterior no es pacífica y hay opiniones discordantes aunque con un denominador común: el objetivo de crecimiento de PIB que teníamos a principio de año no va a lograrse y a final de año tendremos una inflación que en media habrá sido mucho más alta de lo pronosticado en enero.

¿Puede aprovecharse ahora la renta fija?

El presente 2022 nos está mostrando cómo la renta fija tiende a proporcionar una menor capacidad de diversificación y de protección frente a la renta variable que en el pasado. Como nos recuerda la gestora  Schroders  en un reciente informe, combinar la renta variable con la renta fija en una  proporción de 60/40  ha sido una estrategia de inversión muy popular durante décadas porque sus rentabilidades han estado inversamente correlacionadas entre sí. Cuando las acciones se comportaban mal, los bonos lo hacían bien y viceversa (en promedio). Sus beneficios compensados han permitido a los inversores construir carteras menos volátiles, gestionar las caídas del mercado y mejorar la rentabilidad.

China, el jugador clave

Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, la comunidad internacional ha intentado entender cuál es la posición de China de cara a este conflicto. El gigante asiático  ha evitado condenar a Rusia  por la invasión ante el Consejo de Seguridad de la ONU y en algunos escenarios se ha ofrecido como mediador. Varios aliados occidentales, entre ellos Estados Unidos, han especulado sobre la posibilidad de que China asista en materia militar a Rusia para avanzar en su invasión. En este complejo contexto, la economía china está atravesando una fase de cambios a la que sus mercados de acciones y de bonos no están reaccionando bien y reflejan altibajos del +/-10% en una sesión.

Fog of war, mercados y carteras

El conflicto armado en Ucrania llevaba al talentoso columnista y financiero Tom Burns Marañón a escribir hace unos días en Expansión una tribuna titulada «Fog of war». Esta expresión acuñada en el siglo XIX, niebla de guerra en español, resume bien hoy en día la confusión causada por la  imprecisión en la información  cuando se produce una guerra y las  incertidumbres  que se crean. Más allá del desolador drama humano que el ejército ruso está provocando, cosa que muchos considerábamos ya impensable en la Europa del siglo XXI, nos encontramos ahora en un entorno brumoso e intrincado en los mercados financieros para los que muchos ya predicen un giro definitivo a la baja. 

Bancos: ¿potencial agotado o recorrido al alza?

De lo poco que los analistas estamos cien por cien seguros en este complejo 2022 es de que los  tipos de interés en sus distintos plazos están subiendo. El regreso de la inflación ligado a la superación de la pandemia deja cada vez menos margen de actuación a los bancos centrales. Como casi siempre en finanzas, lo que es malo para unos (inversores en renta fija y en valores de crecimiento), es bueno para otros (los que adivinaron el movimiento de las curvas de tipos y apostaron por comprar acciones de bancos en Bolsa). ¿Queda tiempo para aprovechar la favorable tendencia de la renta variable financiera?