Robótica: verdades y mentiras de una inversión con futuro

Una de las fábulas que ciertas clases políticas apoyadas por seguidores mal informados proclaman como verdad incuestionable es la lucha contra la robotización pues ésta trae desempleo y desestructura la sociedad, perjudicando además a las clases más bajas que, se supone, están menos preparadas. Me parece éste un debate falso y peligroso, como otros alentados en los últimos tiempos en nuestro país, sobre el que es necesario aportar datos para apreciar la realidad económica y financiera ligada al fenómeno de la robótica que, como digo, dista mucho de lo que algunos intentan vender.

Por qué tener USD en cartera

Los inversores españoles nunca han sido propensos a invertir en divisas. En el pasado tuvieron sus motivos para no hacerlo (la aversión al riesgo que supone poseer un activo volátil) y sus dificultades para sí hacerlo (control de capitales y convertibilidad de la peseta). En la actualidad, la presencia del Dólar (USD) en carteras sigue siendo infrecuente, si bien contar con él, directa o indirectamente, en una cartera de inversión puede ser altamente recomendable.

Medios de pago: ¿inversión ganadora?

Algunas de las grandes tendencias sobre las que he escrito mucho en este blog y que se apoyan en el cambio de hábitos de la sociedad moderna podían tener antes un matiz coyuntural pero, ahora, la pandemia las ha convertido en estructurales. Dentro de la volatilidad inherente a la Renta Variable, muchas de las compañías en ellas encuadradas van a continuar con su buena evolución en Bolsa. En esa línea, la utilización de los medios de pago digitales presenta todavía un potencial excepcional y su transversalidad dentro de la actividad de muchas empresas cotizadas la convierte en una de las tendencias líderes como destino de inversiones. El mejor exponente de todo ello es la industria denominada fintech o Financial Technology (en español Tecnología Financiera) que aplica nuevas tecnologías a la ejecución de transacciones económicas y a la actividad financiera y de inversión.

Bolsas: ¿alzas a corto y caídas a medio plazo?

Más allá del voluntarismo alcista tan frecuente en la mayoría de inversores, excepto en los  “malvados”  y necesarios bajistas, y superando el  “pandémico”  sentimiento que nuestras autoridades intentan transmitirnos, creo que los mercados de acciones de todo el mundo van a ser alcistas durante los próximos meses si bien afrontan algunos riesgos que podrían provocar un giro negativo. Sé que los riesgos son inherentes a las Bolsas pero esta vez cuentan con el  añadido de la crisis sanitaria  y su gestión. De ahí lo indispensable de contar con la mayor claridad posible y la mejor información para identificar con éxito las fuentes de rentabilidad y de riesgo.

¿Acabando con los mitos?

No ha podido ser más intenso el comienzo del nuevo curso tras un agosto atípico, sobre todo en España con su turismo extranjero ausente. La intensidad se debe a la llegada de algunas noticias que no por esperadas, al menos parcialmente, dejan de ser más llamativas. Me refiero al regreso de las fusiones bancarias en España, la aceptación implícita por parte de la Reserva Federal de que la inflación ya no es un problema y, cómo iba a olvidarlo, el desplome del Nasdaq con las FAANG impulsando las caídas y Apple batiendo récords pero esta vez negativos: la compañía de la manzana bajó el pasado jueves un -8% lo que supone el mayor descenso de la historia en capitalización de mercado con 180.000 millones perdidos en una sola sesión. Centraré la columna de hoy en lo sucedido en nuestro, económicamente hablando, dolorido país a la que la fusión de Bankia y Caixabank le viene muy bien.

Qué compro y qué vendo

Nos enfrentamos en estos momentos a un panorama inversor enrevesado y amenazante por un lado y esperanzador y quizás brillante por otro. La obtención de una vacuna y cura eficiente del virus Covid-19 que normalice la vida de las personas y la economía de los países, proceso éste que en todo caso será largo y lleno de altibajos, se enfrenta a las tensiones geopolíticas ligadas al comercio entre China y EEUU y a la creciente anomalía de unos tipos de interés a cero/negativos que se perpetúan en el tiempo y facilitan la acumulación de insoportables déficits y deuda públicos en países con capacidad de repago cada vez más cuestionable.

Ante todo ello, e independientemente de la advertencia, no por acostumbrada menos necesaria, de invertir siempre en función del nivel de aversión al riesgo de cada uno, lo más razonable podría ser quedarse en liquidez y dejar de lado aventuras especulativas. Estoy de acuerdo con lo último pero solo parcialmente con lo primero.

Verano atípico, Bolsas inciertas

Muchos inversores, gestores y analistas nos preguntamos sobre el porqué de la capacidad de los mercados de acciones de casi todo el mundo (el casi, en parte, es por España) para aguantar la oleada de malas noticias y riesgos latentes a los que nos enfrentamos. Es cierto que en estos momentos, a excepción del tecnológico Nasdaq y del precio del oro, todos los activos ligados a Bolsa y a materias primas están todavía en terreno negativo en el año. Pero es igualmente verdad que a poco que la Bolsa recibe una buena noticia en relación con la vacuna del virus o con las inyecciones monetarias de los Bancos Centrales y Gobiernos, las cotizaciones reaccionan al alza, ignorando que habrá que esperar todavía tiempo para comprobar si las anteriores variables, vacuna y ayudas públicas, consiguen resultados satisfactorios.

Nasdaq: fe ciega o valoración

Decía en un reciente informe Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS en España, que hay que poner las luces largas a la hora de invertir para vislumbrar cómo será este nuevo ciclo que comienza en medio de la crisis sanitaria del corona virus, momento marcado por los tipos próximos al 0% y las enormes transformaciones estructurales. Me parece una acertada reflexión en estos momentos de incertidumbres de todo tipo y especialmente aplicable cuando miramos lo que está sucediendo en el mercado de valores tecnológicos por excelencia, el Nasdaq estadounidense.

2020, el año de la dispersión de rentabilidades

Uno de los efectos de la crisis sanitaria sobre los mercados financieros está siendo la enorme dispersión en la evolución de los índices bursátiles de las distintas zonas del mundo y, especialmente, entre los diversos sectores de la economía (casi 35% de diferencia entre el comportamiento en 2020 del sector financiero y el del tecnológico). Debido a ello, también los fondos de inversión de Renta Variable muestran una elevadísima dispersión en sus rentabilidades acumuladas en el año.

Bancos: ¿de apestados a deseados?

El sector bancario europeo es probablemente, junto con las operadoras de telefonía, la industria más demonizada por los inversores en los últimos años. No hay día en que no aparezca alguna noticia sobre las dificultades de los bancos para ganar dinero, su necesidad de reducción del número de oficinas, el riesgo de pérdida de cuota de mercado por competencia de las grandes tecnológicas, etc. Siendo todo ello verdad, al menos parcialmente, en la actualidad existe un trasfondo mucho más relevante desde el punto de vista del inversor, accionista o bonista: los bancos presentan un favorable nivel de solvencia (nunca visto en los últimos veinte años) y la crisis causada por el Covid-19 ha obligado a los Bancos Centrales a implementar una agresiva política de inyección de dinero muy favorable para el sector. Un “nuevo régimen” beneficioso para la banca como lo denomina la gestora Algebris en su último informe sobre el sector (Banks: Key Beneficiaries of the New Policy Regime) y que explicaré a continuación.