Una de las cosas que siempre me ha atraído de los presidentes de los EEUU ha sido su cercanía a la gente y su fácil desenvolvimiento, casi desparpajo, cara a los medios de comunicación. Bien distinto de lo que sucede en nuestra, a estos efectos, rancia España, donde cuando habla un político parece que está haciendo una locución para el archivo histórico del NO-DO. El presidente americano Barack Obama contestaba hace unos días a preguntas sobre la economía de su país y daba su visión de las bolsas. No lo hizo de manera muy precisa pues, como ahora explicaré, pasaba el testigo a los inversores, pero contestó.
El planteamiento gregario
Obama recordó una de las claves de la evolución de los mercados financieros de los últimos años: los tipos de interés ultra bajos que han impuesto los bancos centrales, incrementan la liquidez en busca significativa. Idea que de rentabilidad y ello ha impulsado los mercados de manera significativa. Esta idea, no por conocida, deja de ser trascendental para entender el comportamiento reciente de acciones y bonos. «When you have low interest rates, there is a lot of money looking for returns and that has probably boosted the stock market significantly».
Tras el atinado comentario, el presidente americano evitaba pronunciarse sobre si la bolsa estaba barata o cara, diciendo que los inversores son quienes deben determinar si las valoraciones que reflejan los precios de las acciones cotizadas son o no justificables. «My estimation is that you have a lot of savvy investors out there … I will leave it up to them to determine whether valuations are too high».
Hasta aquí de acuerdo, pero sin olvidar el frecuente riesgo de gregarismo de analistas e inversores que convierte en complacencia lo que debería ser análisis riguroso. Es el efecto rebaño que tantas veces mueve los mercados y el momento actual no es una excepción. La realimentación de las subidas en bolsa obliga siempre a plantear la misma cuestión: ¿esta subiendo la bolsa porque es una buena inversión y por ello los inversores compran, o son éstos los que al seguir comprando dan hoy a la renta variable la apariencia de ser una inversión favorable?
Pensemos más allá…
Creo que así se resume la estrategia más adecuada para el entorno actual y, realmente, para prácticamente cualquier contexto de mercado, aunque ahora cobra un sentido decisivo. Y es así porque los números de las valoraciones de buena parte de las compañías cotizadas cada vez salen peor y la cuerda de la volatilidad puede volver a tensarse en forma de caídas bursátiles. No porque sea verano, lo que sólo podría acrecentar la eventual caída por la menor liquidez, sino porque las tendencias tienen un límite. La fijación de éste depende en buena medida de lo que suceda en la temporada de publicación de resultados que está ahora teniendo lugar.
En eso consiste el pensar más allá: dar dos pasos atrás y analizar los datos antes de invertir y así comprobar si lo que pagamos por una empresa es menos de lo que vale de acuerdo con un proceso de valoración razonable basado en sus ingresos y en la previsible evolución de éstos. Así de simple y, a la vez, así de complejo. Felizmente hay gestores y asesores que cuentan con suficiente recorrido y balance de aciertos para confiar y delegar una decisión de inversión.
… pero sin querer ser el más listo
Otra de las reglas básicas para conseguir más éxitos que fracasos al comprar acciones se basa en evitar ir en contra del mercado. Como recordaba Obama, los banqueros centrales estimulan las alzas del mercado pues precisan de una revaluación de los activos para que su política monetaria expansiva funcione. Máxime con el crédito bancario todavía bajo mínimos. No seré yo quien se oponga a tal maniobra vendiendo toda mi cartera de acciones y haciendo un depósito al 0,50%.
En el plazo se impone la lógica (de la valoración)
Olvidaba Obama recordar que por mucho que inversores y analistas irradien optimismo, no hay que confiarse, pues las burbujas, bajo una u otra forma, siempre se reproducen. Veremos seguramente pronto estallar la de la renta fija. Ésta, por ahora, está sólo parcialmente sobrevalorada. Cuando la burbuja estalle, diremos que sus precios eran insostenibles. Siempre es así.
Pero, expuesto lo anterior, seguimos obligados a analizar y a poner el dinero en aquello que valga más que el precio que estamos pagando. Además, si aceptamos que estamos en un escenario de bajo crecimiento potencial, esta selección de inversiones se hace todavía más necesaria.
En los últimos meses, en las bolsas se ha impuesto el gregarismo al que Obama aludía, siendo las compañías con valoraciones más atractivas abandonadas por la mayoría de inversores. Estoy convencido de que esta tendencia se irá invirtiendo conforme las valoraciones de las propias bolsas sean más ajustadas y creo que este fenómeno está ya sucediendo. Invertir buscando valor siempre será una salvaguardia ante el riesgo de estallido de cualquier burbuja. Tengamos presente que en bolsa la mejor protección es el plazo, pero sólo si se ha comprado bien.Y esto, aunque no lo diga, lo conoce muy bien el presidente de los EEUU, pues si las empresas de su país defraudan en sus resultados, por muchas acciones que él compre, las bolsas bajarán. Pero eso lo dejamos para el próximo post.