Nunca es tarde si…

Me llama poderosamente la atención la desfachatez de algunas grandes entidades bancarias y sus gestoras de fondos cuando les preguntan sobre el fenómeno de la compra de Letras del Tesoro español por parte de particulares y sobre el que he escrito en recientes entradas a este blog. Aparte de los costes que aplican a la compra, de ahí las famosas colas en el Banco de España, el hecho de que recurran a argumentos como la mejor fiscalidad, la diversificación de plazos de un fondo de Letras y la rentabilidad real (restando la inflación) que es negativa, son, a mi juicio, pobres excusas para esconder intereses espurios. Éstos se apoyan en su cuenta de resultados en claro conflicto con los intereses del ahorrador/inversor quien, después de muchos años, puede acceder a un producto financiero seguro y con una rentabilidad, comparada con otras alternativas, muy elevada y cierta. Pero no sólo de Letras debe hoy en día vivir el inversor y lo explicaré.

La renta fija es en estos momentos otro gran aliado para cualquier inversor 

Después del peor año en décadas para el precio de los bonos debido al movimiento al alza de las curvas de tipos de interés y a la ampliación de spreads o diferenciales, la renta fija ha mejorado enormemente su perfil de rentabilidad/riesgo con respecto a principios del año 2022. De hecho, ahora se encuentran fácilmente oportunidades en bonos de grado de inversión (buena calidad crediticia) que hacen que pueda merecer más la pena tomar exposición por esa vía, mediante la compra de renta fija, que por la de la acción de la compañía emisora, la cual nos va a aportar más volatilidad.

Esas oportunidades, sin correr ni precipitarse, conviene aprovecharlas. Aunque la volatilidad en los mercados de renta fija persista durante los próximos meses (no olvidemos que el proceso de subida de tipos de interés no ha finalizado y que los bancos centrales no cesarán de subirlos hasta que no se hayan situado por encima de la tasa anual del IPC), es aconsejable aumentar la exposición a renta fija de mayor duración que un año (la rentabilidad del plazo 2 – 3 años es ahora especialmente atractiva tanto en EUR como en USD). De hecho, creo que veremos un rally en el precio de los bonos una vez que el mercado perciba que los bancos centrales están preparados para relajar la política monetaria. Cuando llega el momento, ese rally acostumbra a ser muy rápido y de ahí la conveniencia de acumular actualmente posiciones en renta fija de calidad de los citados vencimientos.

El final ciclo de subidas de tipos puede estar cerca

Ese momento puede estar cerca, sobre todo en EEUU donde el tipo de interés de los  fed funds  (4,75%) está por encima de la medida subyacente del deflactor del consumo privado (4,4%), aunque aún sigue bastante por debajo del dato de la inflación general (6,42%). El BCE, siempre retrasado en su política monetaria con respecto a su homólogo americano, más adelante, debería de seguir la misma senda.

De hecho, como cuenta la gestora Pimco, cuando la FED ha parado de elevar tipos, la rentabilidad media los 12 meses siguientes al fin de las subidas ha sido de +9.4% (+7% si excluimos los años 80).

En definitiva, en renta fija hemos pasado de un entorno en el que había que tomar bastantes riesgos para conseguir retornos positivos a otro con una rentabilidad esperada muy favorable, muy por encima del 3% de las Letras españolas, y elevada certeza de conseguirla. No es tarde para aprovechar esta oportunidad ya que, salvo inesperado cataclismo económico que acarree una cascada de defaults o impagos de emisores, dentro de unos meses volveremos la cabeza para mirar atrás y nos arrepentiremos por no haberlo hecho. Ahora mismo, la dicha de los bonos es verdaderamente buena.

Asesórense bien y sean prudentes.

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