Luz entre la niebla de malas noticias

Lo malo tiende a vender más que lo bueno. Siempre ha sido y seguirá siendo así. En un entorno tan dañino como el que vivimos debido a la crisis sanitaria, las malas noticias son buen caldo de cultivo para el catastrofismo en los medios de comunicación. También lo son para facilitar la  erosión de la democracia  y de los derechos humanos que muchos políticos están impulsando apoyándose en la debilidad económica y social traída por la pandemia, buscando con ello favorecer sus espurios intereses personales como nos  recordaba la última edición de The Economist  y ya preveía Fernando del Pino Calvo-Sotelo en Expansión el pasado mes de mayo. Sin embargo, al menos en lo económico, en este complejo y nublado entorno se ve algún rayo de luz.

Lo malo sigue pesando…

El  FMI  alertaba la pasada semana del elevado endeudamiento y del aumento de la pobreza y desigualdad pese a la recuperación en algunas zonas del mundo (Asia básicamente). En la misma línea se pronunciaba Christine Lagarde, presidenta del  BCE, quien definía como crucial la continuidad de los estímulos para no causar heridas económicas permanentes.

El organismo internacional también se pronunciaba sobre el  desmedido peso que la deuda pública global está alcanzando  debido a los programas de estímulo fiscal puestos en marcha por el impacto de la pandemia, llegando por primera vez al 100% del PIB e igualando así el tamaño de la economía mundial.

En Estados Unidos, país sumido en una campaña para la Presidencia llena de insidiosas luchas políticas,  se desvanecen las esperanzas  para la aprobación de un nuevo paquete de estímulo fiscal antes de las elecciones.

Todo lo anterior tiene lugar en un contexto de  incremento de contagios  en el mundo occidental que incita a los políticos a tomar medidas restrictivas de la movilidad lo que complica aún más la evolución del sector servicios, con elevado peso en el PIB de economías desarrolladas (España es el caso más claro) y que terminarán pasando una gravosa factura a la economía de estos países.

…pero hay luces y contrapesos que ayudarán a superar la situación

A mi juicio, lo más relevante en el lado positivo es que estamos aprendiendo a vivir con el Covid-19 y avanzamos, con mucho sufrimiento eso sí, hacia la  inmunidad de rebaño  que es probablemente el mejor escenario posible hasta que se logre descubrir la cura y vacuna necesarias que devuelvan la confianza y normalicen la vida de los ciudadanos. El citado Fernando del Pino se hacía eco en un reciente articulo de los estudios científicos sobre lo anterior poniendo de relieve lo pernicioso de algunas medidas tomadas por el Gobierno de España.

En el lado económico se aprecian elementos que deberían sostener e impulsar el crecimiento y de ahí que las  previsiones para la economía global en 2021  van mejorando (España  reprobatio): se espera que alcance un crecimiento de  +5,2%  (-3,9% en 2020). Muchos analistas estadounidenses creen que una clara victoria demócrata en EEUU, como predicen por ahora las encuestas, posibilitaría la extensión de los estímulos fiscales y mejoraría la expectativa de crecimiento de la economía americana para 2021, pues a pesar del riesgo de subida de la tributación de las sociedades, el impacto global sería positivo al reducirse las incertidumbres ligadas al comercio internacional (mejora en las relaciones EEUU – China). Y, no lo olvidemos, el comercio es la variable que más potencia el crecimiento de las economías.

Finalmente, conviene citar el Índice de Sorpresas Económicas de los países del G10 que incorporo a continuación.

G10: Índice de sorpresas económicas CItigroup

Fuente: Citigroup, Refinitiv Datastream.

El gráfico incluye las recesiones de los países con mayores economías (zonas sombreadas) y muestra que, a pesar del leve retroceso del último mes, sigue estando en este momento muy  por encima de cualquier punto alcanzado en el pasado reciente.

Conclusión favorable para la Renta Variable si se tiene una visión de plazo

Después de la corrección del pasado mes de septiembre y visto el alto nivel de riesgo de invertir en bonos de calidad por los tipos cercanos a cero o negativos (mayor probabilidad de caída de su precio que potencial de subida), la alternativa de tomar posiciones en  Renta Variable ligada a los grandes temas de crecimiento  global sobre la que he insistido mucho en este blog, vuelve a tomar fuerza siempre que se implemente con la debida visión de medio/largo plazo y  seleccionando  con buen criterio los vehículos de inversión y sus gestores.

Asesórense bien y sean prudentes.

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