Los mercados financieros han comenzado el año 2018 con similar comportamiento al del pasado ejercicio: las Bolsas estadounidenses subiendo con fuerza, el Dólar cayendo y los mercados emergentes intensificando sus subidas apoyados en el buen tono del crecimiento global y en las alzas en los precios de las materias primas. Pero no todo han sido rentabilidades positivas pues, como era de esperar, las TIRes de los bonos soberanos de los principales países desarrollados han subido, por lo que sus precios han caído. La excepción a lo anterior la tenemos en la periferia europea, incluida España, donde las mejoras de rating han impulsado los precios de la Deuda Pública. ¿Qué podemos esperar en adelante?
Estados Unidos: la gran incógnita
La economía estadounidense no ofrece dudas y el propio FMI acaba de revisar al alza su crecimiento para 2018: desde el 2,3% calculado en octubre pasado al 2,7% previsto ahora. Sin embargo, las valoraciones de muchas compañías son altas por lo que la cautela debe acompañarnos. Es cierto que podemos seguir viendo alzas en las cotizaciones de muchas compañías pues sigue entrando dinero de inversores por el “miedo a quedarse fuera”, pero todo tiene un límite hasta en las FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet – Google -). Una revisión a la baja de resultados de alguna de las grandes unida a la percepción de cierta agresividad en las subidas de tipos por parte de la FED (lo que sucedería en caso de repuntes puntuales en la inflación), podrían traer más pronto que tarde una corrección. ¿Se quedará en eso y será una oportunidad para entrar/incrementar Bolsa USA? Veremos. Hasta entonces, prudencia con este activo, gestión activa y diversificación.
El Dólar puede continuar cayendo
Coincido con Christophe Morel, Economista Jefe de Groupama AM, en que la relación Euro-Dólar ha pasado a ser más estructural que coyuntural. Si no, es difícilmente entendible que las operaciones de carry-trade (endeudarse y vender la divisa de tipos bajos – Euro – y comprar e invertir en la de tipos altos – Dólar -) no hayan frenado la caída del billete verde. Subyace en ello la guerra comercial global, especialmente con China, y el interés americano de mantener débil su divisa, como se le escapaba hace unos días a Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro, cuando reconocía los beneficios obtenidos del nivel alcanzado por el USD (en mínimos de tres años) para la economía USA. El desequilibrio actual del déficit por cuenta corriente de EEUU, que puede incrementarse con la reforma fiscal de Trump, no aconseja especular con el Dólar.
Europa va a mantener el buen ritmo
La economía mundial apoya firmemente el crecimiento en la Eurozona y ésta tiene precisamente en la caída del Dólar su principal riesgo a la baja. Es probable que el BCE ajuste al alza sus proyecciones de crecimiento y seguramente también de inflación en el próximo Consejo de Política Monetaria en marzo, lo que tampoco restará fortaleza al Euro.
Con todo, la Bolsa europea continuará siendo el activo en el que hay que estar invertido en este ejercicio. Al igual que indicaba para la Bolsa de EEUU, una buena selección de valores deberá de protegernos, que no inmunizarnos, de los episodios de volatilidad. De ahí que lo fundamental, como indicaba Juan Uguet, gestor de Lierde Sicav, en su último informe para inversores, es tener una cartera diversificada con compañías que crean valor y donde pese más el método que la apuesta.
La Deuda va a seguir sufriendo
En un entorno de crecimiento global como el descrito, la normalización de las políticas monetarias expansivas implementadas por los Bancos Centrales durante los últimos años continuará erosionando poco a poco el precio de los bonos, especialmente de los soberanos. De hecho, en lo que llevamos de año, Bund y Treasury han caído algo más del 1,5% y es muy probable que este deterioro se mantenga durante los próximos meses.
Las rentabilidades de la Renta Fija privada pueden todavía verse soportadas por la mejora económica (nivel de defaults por debajo del 2% a nivel global). Aquí también va a seguir siendo la gestión activa la que podrá aportar rentabilidades positivas, seleccionando bien los sectores y compañías que mejor se acoplen al entorno macro y gestionando la Duración de la cartera. Como ejemplo de ello, el mencionado movimiento al alza de rentabilidades en Deuda Pública será beneficioso para los márgenes de los bancos, potenciando sus beneficios y su solvencia.
El gran aliado de la rentabilidad en 2018: los emergentes
La recuperación del ciclo económico de muchos países emergentes está por detrás de la de la mayoría de desarrollados. Pese a las subidas de tipos de interés en EEUU, la situación macroeconómica les beneficia: déficits más bajos y un Dólar débil que proporcionan estabilidad a sus divisas, junto con un buen comportamiento de las materia primas con el petróleo a la cabeza (+9% en el precio del West Texas en enero). Los inversores que puedan permitirse cierta volatilidad incremental en sus carteras no deben dudarlo: tanto en bonos como en acciones, los mercados emergentes pueden ser el gran aliado en la rentabilidad final de muchas carteras en este 2018 recién comenzado.
Asesórense bien y sean prudentes.