Repasando la descripción del entorno macro y las ideas de inversión que les contaba a principio de año, es decir, hace nada, y considerando los horizontes temporales ultracortos que se marcan en sus carteras la mayoría de inversores, creo conveniente hacer algunas reflexiones que pueden aportar cierta claridad en unos mercados muy confusos e incómodos para el ahorro tradicional.
Lo más reciente: vuelve el frío
Tras un glorioso enero bursátil los ánimos se han vuelto a enfriar en los mercados de acciones. No así en los de bonos que, al descontar menor crecimiento, ven sus precios relanzados. Como ejemplo, citar la rentabilidad alcanzada por el Bund alemán – 0,08% – que acerca el bono europeo de referencia a niveles de Japón. Mientras, en Estados Unidos, el precio del Treasurytambién está inmerso en pleno rally y recupera tasas de hace un año. ¿Sobrerreacción por miedo a una recesión? Probablemente.
Es cierto que la Comisión Europea harevisado a la baja sus previsiones de crecimiento. reduciendo seis décimas, hasta el 1,3%, su previsión para 2019 en la Unión Europea. Lo peor se lo llevan las economías italiana (+0,2% vs +1,2% previo, debido a la menor inversión prevista por la incertidumbre política) y alemana (+1,1% vs +1,8% previo, penalizada por la caída de sus exportaciones). España, si nada se tuerce más de lo esperado, liderará el crecimiento con un PIB estimado del 2,1% vs 2,2% de la anterior estimación.
¿Un BCE sin efectividad?
El escenario más temido por los mercados es el de una ralentización de la economía acompañada de cierta impotencia para reactivarla por parte de los Bancos Centrales y todo ello salpicado por tensiones geopolíticas globales y domésticas. Siendo lo más objetivo posible, hay que reconocer que así podría estar Europa de no estabilizarse las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos y en caso de que se profundice en el deterioro político de Italia y del Reino Unido, pues todo ello podría traer una ola de desconfianza entre los actores económicos europeos y podría convertir el frenazo en recesión.
Teniendo en cuenta lo anterior, creo que el BCE debería actuar con contundencia con las herramientas, pocas, la verdad, que todavía tiene a su alcance: lo más inmediato, impulsando las operaciones de refinanciación a largo plazo a la banca (TLTRO) con el objetivo de promover la concesión de préstamos a las empresas y a los consumidores de la Eurozona. Ello debería ayudar a que las tasas de inflación vuelvan a situarse próximas al 2 % y a que las curvas de tipos de interés tiendan a normalizarse.
Subir la temperatura
Un golpe sobre la mesa, como el descrito, por parte de Mario Draghi superando las expectativas del mercado subiría la temperatura de las Bolsas, daría calor en forma de confianza a empresarios y consumidores y alejaría el foco de atención de un Brexit sin solución satisfactoria para todas las partes, especialmente para la Primera Ministra británica Theresa May.
No está todo perdido en Europa, ni mucho menos.
Asesórense bien y sean prudentes.