Parece que la moción de censura se la estén presentando a la Bolsa española. A la negativa influencia de la situación política en Italia, debemos ahora sumar las tensiones en el Gobierno de España con un Partido Popular muy erosionado por las recientes decisiones judiciales. Creo que, llegados a este punto, poco se puede hacer salvo esperar y confiar en que las presiones hagan primar al sentido común y tengamos pronto un adelanto de elecciones generales.
Los bonos españoles también perjudicados
Nada menos que 40 puntos básicos ha subido la TIR del bono español a diez años desde final del pasado marzo (caída en precio de más del 3%). El deterioro comenzó con la crisis política en Italia y el nuevo desafío soberanista en Cataluña y ahora se ha acrecentado ante las mayores dudas que planean sobre la solvencia del Reino de España por la inestabilidad en el Gobierno y en Cataluña.
Los fondos de renta fija son otros de los damnificados de la situación descrita y no sólo los de deuda española, también muchos de renta fija europea que sobreponderan el riesgo España por las rentabilidades más elevadas que ofrece en relación a otros países europeos (Alemania especialmente). Este tipo de fondos ya sufrían por la presencia de bonos italianos en sus carteras y ahora lo hacen también por la caída de la cotización de los bonos españoles.
Además, el entorno de tensiones políticas en Europa ha impulsado de nuevo el precio del bund alemán (su efecto refugio sigue muy vigente) y ha hundido su TIR (0,40%). Aquellos gestores que habían apostado por la teóricamente previsible subida de rentabilidad del bono alemán y habían vendido futuros sobre el bund, se enfrentan ahora a una complicada situación. Por no hablar de las estrategias de inversión basadas en la reducción de la prima de riesgo española que, por el doble efecto de subida de TIR del bono español y caída de la del alemán, supera ya los 100 pb.
La (triste) historia de los bancos
La Bolsa española presenta el peor comportamiento entre los principales mercados de acciones europeos siendo la única en negativo al retroceder el Ibex en 2018 un -2,2%. Los bancos encabezan las caídas con un descenso de su índice sectorial del -7% en el año. Uno de los efectos colaterales de esta situación es el más que probable nuevo retraso en la privatización de Bankia.
Más allá de sus cuentas de resultados (altamente influenciadas por el efecto divisa en los casos de SAN y BBVA), las cotizaciones del sector bancario en Europa no se recuperarán hasta que el mercado empiece a descontar expectativas reales de subida de tipos de interés oficiales y la curva de rentabilidades del Euro se positivice.
Telefónica pensaba haber encontrado un oasis en Netflix
Telefónica continúa su camino por el desierto que emprendió hace trimestres. La impotencia para reducir su pesada deuda (problemas en la venta de filiales como O2 y Argentina) provoca que el mercado la penalice y hunda su cotización que retrocede casi un -25% en el último año. Ni siquiera su sonada alianza con el gigante Netflix le ha ayudado para comenzar la remontada, al menos por ahora. Vendrán mejores tiempos para la operadora.
Mucho que ganar (para inversores pacientes)
Pese a todo, el crecimiento económico en España se mantiene vigoroso y los fundamentales de nuestra economía que han impulsado la salida de la crisis (reforma laboral, incremento de exportaciones, recuperación del sector inmobiliario, entre otros) siguen apoyando la economía y nuestra Bolsa debería de reconocerlo. No obstante, después de tantos episodios de tensión política, va a costar más convencer a los no residentes de que la estabilidad ha vuelto a nuestro país.
Por ello, teniendo en cuenta el deterioro del Gobierno actual, si se logra una expectativa verosímil de nuevas elecciones en el corto plazo con probabilidad cierta de mejorar la estabilidad de gobierno, creo que veremos un fuerte rebote en la Bolsa española. Oportunidad, pues, para el inversor paciente que mantenga la calma en los períodos de curvas, ya que me temo que pueden quedar algunos.
Asesórense bien y sean prudentes.