¿Está Europa realmente cambiando?

El cambio de gobierno en Alemania puede sentar las bases para un giro en muchas políticas europeas y dejar al descubierto al falsario estado de bienestar

Mientras el S&P 500 y el resto de índices de las Bolsas americanas encadenan cuatro semanas consecutivas de caídas con el sentimiento del inversor a la baja (en línea con el desplome de la confianza del consumidor), Europa parece que quiere frenar su decadencia. Nunca es tarde…

El cambio de gobierno en Alemania puede sentar las bases para un giro en muchas políticas europeas y dejar al descubierto al falsario estado de bienestar para afrontar sin complejos la deprimida realidad económica de nuestro entorno de incertidumbre geopolítica y económica. Lo curioso de esta situación es que, como citaba en esta columna la pasada semana, parece que parte de esta todavía potencial transformación vamos a debérsela a Trump.

Un trasfondo más allá de lo que parece

El hecho de que Alemania emprenda reformas constitucionales especialmente dirigidas a poder aumentar significativamente su endeudamiento hace vislumbrar un renacimiento europeo. La deuda se utilizará principalmente para financiar gastos de infraestructura y de defensa. El impacto económico será considerable, se sentirá sobre todo a partir de 2026 y habrá efectos colaterales positivos para el crecimiento económico europeo.

De aprobarse finalmente estas medidas por el Parlamento alemán, nos encontraremos ante un cambio histórico para Europa ya que debería ser el punto de partida para que los europeos desarrollen al fin un sector de defensa con suficiente capacidad para afrontar tensiones y conflictos bélicos internacionales. Ello tendrá reflejo en un gasto militar y una integración económica significativamente mayores.

De hecho, en las últimas dos semanas, varios gobiernos europeos se han comprometido a aumentar significativamente su gasto en defensa. La Comisión Europea también ha propuesto activar la «cláusula de escape» del marco fiscal de la UE, para así permitir que otros países europeos incrementen el gasto en defensa sin infringir las normas de la Union Europea (UE). Este cambio de política responde en buena medida a la actitud de Trump cuestionando la fiabilidad de Estados Unidos como aliado militar y socio económico de cara a Europa. Algo así como que vamos a intentar ponernos de acuerdo en los gobiernos europeos y en el propio de la UE pues los americanos no solo no nos hacen caso sino que además nos castigan con aranceles. Como imaginarán, lo de “ponerse de acuerdo” no se estila en nuestro país donde un pacto del partido en el Gobierno con la oposición podría ocasionar a los miembros de éste convulsiones y patologías varias.

No hay que precipitarse en asegurar resultados positivos inmediatos porque para suprimir las políticas de subvenciones e incentivos múltiples que han aletargado la economía europea, deberíamos ver cómo los diferentes perfiles económicos de los 27 países europeos convergen y esto, como sabemos, no es nada sencillo. Pero, en todo caso, ver cómo Alemania, país que supone el 30% del PIB de la Eurozona, da el paso aquí descrito, despierta esperanzas sobre el devenir de la economía del Euro que, pro memoria, afronta el presente 2025 como el tercer año consecutivo con un crecimiento por debajo del 1%.

¿Será este cambio positivo para los mercados financieros?

Así lo creo para las Bolsas europeas y más incierto para la renta fija, al menos a medio plazo. Para empezar hemos visto cómo los inversores compraban renta variable alemana (índice Dax casi +16% en el presente ejercicio) a niveles cuasi récord y repuntaban los volúmenes negociados en todos los parqués europeos. El impulso del sentimiento inversor por la toma de medidas aquí explicadas es patente pues los datos macroeconómicos todavía no acompañan. Veremos más adelante.

En cambio, las acciones estadounidenses siguen sufriendo fuertes pérdidas, ya que Trump se niega a descartar un escenario de recesión (“periodo de transición” le llama). Para retornar a la estabilidad, las Bolsas americanas necesitarían que el presidente americano diera marcha atrás en sus radicales políticas de aumento de aranceles, como sucedió en su anterior mandato, si bien parece que esta vez está dispuesto a soportar más penalizaciones. Creo que si la economía comienza finalmente a mostrar demasiados problemas y la caída de la Bolsa se acelera, es muy posible que veamos esa reducción del “ruido arancelario”, lo que facilitaría un rebote en los de los índices bursátiles americanos.

Como siempre, ante situaciones de este tipo, los inversores que no aspiren a adivinar la evolución de los precios de las compañías en el corto plazo, sino que solo busquen una buena relación entre el precio pagado y el valor real de las empresas y mantengan una visión de medio/largo plazo para sus posicione en renta variable, deberían considerar la actual volatilidad del mercado americano como una oportunidad de compra.

Una nueva realidad

Europa se enfrenta a una nueva realidad y está experimentando una mutación del alma del proyecto europeo como se explica muy bien en esta columna sobre la “eurosupervivencia”. Los cambios en políticas de inmigración (la “vía Meloni”) son también buen ejemplo de ello. Demos la bienvenida a esta transformación que no sé si llegará a ser una metamorfosis pero sí que, al menos, supone un reajuste que, además de económicamente indispensable, trae un halo de ilusión a los europeos.