¿Está Europa cogiendo el testigo de EEUU?

Mientras enEstados Unidos la guerra comercial ya está teniendo un impacto negativo y la hipótesis de una recesión, que había sido descartada en meses anteriores, vuelve a ganar relevancia, en nuestro entorno europeo vemos cómo Alemania está dando un giro drástico hacia una política fiscal más flexible que finalmente podría sacar a su economía del estancamiento.

El deslizamiento a la baja de los datos macro estadounidenses

Como ya anticipaba aquí la pasada semana, las políticas de Trump están poniendo a prueba a la economía estadounidense. La mayor incertidumbre lleva a las compañías a posponer inversiones y contrataciones y, por parte de los hogares, el efecto más directo es el retraso en decisiones de compra en medio de una caída de la confianza del consumidor a un mínimo de 15 meses. De hecho, el modelo de cálculo del crecimiento de la Reserva Federal de Atlanta señaló una contracción del -2,4% para el primer trimestre del presente año. ¿Tanto caerá el crecimiento en EEUU? No lo creo.

Aunque los fundamentales de la economía americana puedan parecer todavía sólidos, es evidente que un crecimiento más débil obligaría a la Fed a flexibilizar su política monetaria de manera más agresiva reduciendo las tasas oficiales. Así lo está anticipando la curva de tipos de interés americana con rendimientos más bajos para los bonos del Tesoro. Los mercados de acciones estadounidenses, por su parte, reflejan esta situación con rentabilidades negativas que tienden a mejorar a poco que Trump afloja en su política de aranceles, como sucedió con el reciente rebote de las Bolsas ante la noticia de que el presidente retrasaba los aranceles a los automóviles.

En definitiva, creo que los sectores de gran capitalización están sobrevendidos y el sentimiento minorista se ha vuelto bajista a pesar de los buenos resultados corporativos del último trimestre. Las ventas institucionales persisten y las recompras corporativas son la principal fuente de entradas de dinero en el mercado. En todo caso, y pese a que todavía podemos ver caídas en las Bolsas USA antes de que el presidente decida suavizar su retórica, sin la llegada de un shock exógeno, sigue siendo poco probable una caída intensa de las cotizaciones.

Europa podría coger el relevo del crecimiento

Lo anterior no sólo tiene repercusiones para el país americano, sino que también supone amplias implicaciones para otras economías como revela el paso dado por Alemania hacia una flexibilización fiscal largamente esperada. El anuncio por parte del nuevo Gobierno alemán de ampliar significativamente el gasto en defensa e infraestructuras puede verse como un resultado directo del alejamiento entre Estados Unidos y Europa que ha provocado Trump.

El BCE también ayuda

El pasado jueves, el BCE redujo su tasa de depósito en otros 25 puntos básicos hasta el 2,5%. El motivo es evidente: se espera que la economía de la eurozona crezca un débil 0,7% en 2025 y la inflación ha caído a niveles cercanos al objetivo del 2% que tiene fijado nuestro banco central. Espero que el BCE siga reduciendo su tasa de depósito hasta situarla en torno al 2% para fin de año. Si bien la economía europea debería beneficiarse de estas medidas a partir de la segunda mitad de año, no olvidemos que una escalada en la guerra comercial podría hacer que el BCE recortara los tipos aún más rápido e incluso a niveles más bajos.

Reflejo en las Bolsas y en el Euro

El estímulo fiscal en Europa presagia unmercado alcista en el euro que llevamos ya viviendo en las pasadas semanas y las promesas de gasto de Alemania impulsan las cotizaciones de las acciones europeas.

El citado cambio de doctrina presupuestaria en Alemania (déficit presupuestario que pasará del 2% al 5% en los próximos años) junto con el anuncio del plan europeo de 800 mil millones de euros y la necesidad de aumentar el gasto militar, está impulsando las alzas de las Bolsas europeas donde parece que las caídas son oportunidades de compra. ¿Podemos estar ante una tendencia alcista duradera?

Aunque por lo comentado aquí pueda parecer que el camino está iniciado, los esfuerzos pueden verse limitados por las preocupaciones sobre la inflación y los factores políticos. Bien que el buen comportamiento de la renta variable europea puede persistir durante algunos meses más, mantener la cautela antes de aumentar las asignaciones estratégicas a la región parece lo más recomendable.

Conclusión inversora

La volatilidad del mercado puede ser amenazante y crear incertidumbre, especialmente cuando el principal foco de ésta proviene de un político especialmente inestable como el presidente Trump. Pero es en estos momentos cuando los inversores deben evitar actuar guiados por el miedo y sí ceñirse, al menos para la inversión en renta variable, en su estrategia a largo plazo.

No debemos olvidar que la economía mundial se encuentra en una posición sólida y Trump no quiere una recesión en Estados Unidos ni hacer descarrilar a los mercados de acciones. Y tampoco podemos ignorar que lo que está sucediendo en Europa puede traer, después de años de penumbra, cierto resplandor a nuestro crecimiento económico.