Con el miedo en los bolsillos

Así es como acabó el mes de mayo. Superado el denominado debt celing o techo de deuda en Estados Unidos como era de prever, ahora los mercados vuelven a la realidad macroeconómica (inflación/tipos) y a observar el crecimiento de los  beneficios empresariales. Todo ello es, en estos momentos, especialmente complejo e incierto. De ahí que el temor de muchos inversores a caídas fuertes y repentinas en las Bolsas va en aumento pero, a la vez, lo ocultan a la vista de los minirallies que ofrece el mercado como ha sucedido en las primeras sesiones de junio. Datos contradictorios y análisis discordantes confunden a los inversores y dificultan su elección de activos. Intentaré disipar dudas.

Datos favorables para confiar en la buena marcha económica en próximos trimestres…

En Estados Unidos, el mercado laboral no para de generar empleo y lo hace con  costes laborales unitarios contenido que facilitan una mejora en la evolución de la productividad.

La inflación, por su lado, gracias a lo anterior, da también muestras de contención y debería de bajar más rápido en la segunda mitad de 2023.

En Europa, la mayoría de los últimos datos de precios conocidos (Alemania, Francia, Italia, España y Bélgica) sorprendieron a la baja. En el conjunto de la Eurozona el dato preliminar de mayo mostró, en consecuencia, un menor crecimiento de los precios al situarse el IPC en +6,1% interanual, nueve décimas por debajo del mes anterior y su menor nivel desde febrero de 2022. Además, también cabe destacar que la tasa subyacente – la que no incluye los precios de la energía y alimentos – se frenó en mayo hasta un crecimiento del +5,3%,

La tasa de paro de la eurozona se situó el pasado mes de abril en el 6,5%, su nivel más bajo de toda la serie histórica y una décima menos que lo registrado en marzo

Además, el último dato de la confianza de los empresarios europeos del sector de las manufacturas se revisó ligeramente al alza situándose en niveles de 44,8 desde el 44,6 anterior. Continúa en terreno de contracción pero podría verse impulsado por los factores descritos más arriba.

…pero riesgos evidentes que podrían traer curvas en la economía y en los mercados

A ambos lados del Atlántico, las condiciones monetarias y crediticias se están endureciendo simultáneamente, lo que ocasiona, en parte, el deterioro del índice de confianza manufacturero estadunidense. 

Los beneficios empresariales europeos y americanos publicados y previstos están disminuyendo, entre otras cosas, porque la inercia negativa del efecto de la inflación está dañando los márgenes. Por ello, el favorable escenario de ganancias corporativas del primer semestre de 2023 (menores de lo previsto, realmente) podría transformarse en un entorno sombrío para muchas empresas de diversos sectores.

El último dato de la M2 en EEUU (agregado monetario que comprende la M1 – billetes en circulación y cuentas a la vista – y los depósitos de ahorro a corto plazo mantenidos en bancos), cayó un 0,8% el pasado abril (noveno descenso consecutivo). El daño que esto puede hacer al consumo estadounidense (motor de su economía) es evidente. 

Finalmente, el excelente comportamiento en Bolsa de las ahora denominadas FAANG+ (Meta, Apple, Amazon, Alphabet, NVIDIA, Microsoft y Tesla) que  actualmente representan una cuarta parte de la capitalización bursátil del S&P 500 y el 90% de su rentabilidad, no me inspira confianza alguna. Dada su menor ciclicidad, creo que están actuando de valores refugio, lo que ya sucedió en 2020, y su exigente valoración podría ocasionar un efecto cascada negativo en todo el mercado, invirtiendo lo que hoy está sucediendo, en caso de que los inversores pongan en precio sus beneficios reales y las hagan desplomarse como ocurrió a finales del 21/primera fase del 22. 

Y todo en conjunto, ¿a dónde nos lleva?

Aunque aparentemente la economía siga resistiendo el endurecimiento de las políticas monetarias, me temo que la inflación se mantendrá por encima del objetivo de los bancos centrales (2%), por lo que los tipos seguirán más altos durante más tiempo y los beneficios mantendrán su deterioro a medida que esos tipos altos y las condiciones financieras restrictivas empiecen a hacer mella. En definitiva, la economía global va a seguir débil y si sumamos todos los indicadores agregados, la probabilidad de una recesión en Estados Unidos a final de año no se desvanece (como dicen algunos analistas americanos, «we are not yet out of the woods regarding recession risk»). Por todo ello creo que:  

–        Con los máximos de inflación cada vez más lejanos ya a nuestras espaldas, conviene apostar todavía más por los bonos de calidad.

–        Ahora no es el momento oportuno para incrementar renta variable pero sí una buena ocasión para rotarcompañías de crecimiento hacia calidad/value y USA hacia Europa.

–        Dado que los tipos de interés a corto plazo están tan altos como están, aprovecharlos dando más peso a la tesorería bien remunerada y aplazar otras decisiones de inversión más arriesgadas parece no sólo asumible sino lo más apropiado.

Y recuerden que la última palabra para valorar a futuro crecimiento, inflación y Bolsas, la tendrá… China y su economía.

Asesórense bien y sean prudentes.

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