Compañías donde invertir con baja inflación
Escribía hace unas semanas en este blog sobre el diferente momento en la fase de crecimiento de beneficios de las compañías europeas y americanas y mi preferencia por las primeras para este 2014. Claro que, para ello, era necesario que el citado crecimiento se confirmara con una mayor aceleración en Europa por su diferente, más incipiente, fase de recuperación económica. Los beneficios de las empresas europeas cotizadas se encuentran todavía un 30% por debajo del último pico alcanzado hace tres años. Se van apreciando mejoras en los resultados publicados pero no se puede generalizar. La alegría va por barrios. El año 2014 es definitivamente un ejercicio para la selección de valores. Si alguna duda quedaba, la última intervención del Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, lo corrobora. Porque una de las claves para la inversión en renta variable se encuentra en la adaptación de cada empresa al entorno de bajísima inflación imperante y duradero.
Deflación o lowflation
No creo que nos enfrentemos a un verdadero riesgo de deflación como la sucedida en Japón desde finales del siglo pasado hasta el pasado año con la llegada del primer ministro Abe y sus medidas monetarias ultra-expansivas (abenomics). Me parece razonable la definición que hace Draghi de deflación, desde la perspectiva del BCE, como una situación de reducción del nivel de precios en varios y relevantes países de la Eurozona, en muchos tipos de productos y con un componente de retroalimentación. De acuerdo con ella, el Presidente del BCE afirmaba hace unos días que en Europa no hay deflación. Pero es innegable que en la Eurozona existe una inflación muy baja (lowinflation) que va a mantenerse durante bastante tiempo y que puede dificultar la tímida recuperación de la economía de varios países, especialmente de España y otros de los llamados periféricos que, asolados por el desempleo, no cuentan con la ayuda del colchón que puede suponer un nivel estándar de inflación.
El poder de fijación de precios
Este entorno de baja inflación y su previsible larga duración hacen que un elemento clave para las cuentas de resultados de muchas empresas resida en el poder que éstas tengan de fijar precios (pricing power) en su mercado. El motivo es sencillo: aquellas compañías con mayor pricing power serán capaces de incrementar sus márgenes más fácilmente y, por tanto, de mejorar sus cuentas de resultados en términos absolutos y relativos (respecto a otras de su misma actividad u otros sectores).
¿Qué caracteriza a estas empresas?
No hay reglas aplicables a todos los casos para identificar el grado de pricing power de una empresa pero, en general, acostumbran a ser:
– compañías de tamaño medio o grande que pueden aplicar economías de escala en sus procesos de producción y venta y cuentan con una capacidad de negociación considerable;
– las pertenecientes a sectores con elevado nivel de innovación, producto diferenciado, competencia interna y barreras de entrada;
– las empresas exportadoras, especialmente las que cuentan con elevada cuota en zonas emergentes, ya que pueden vender sus productos en lugares con menor presión de precios.
Estas son las sociedades que interesa comprar en bolsa.
En el otro extremo, encontramos las compañías que dependen principalmente de la demanda interna y tienen más limitada su capacidad de fijar precios. Pese a tener en muchos casos cotizaciones teóricamente baratas, no son una buena oportunidad de inversión salvo que afronten procesos rigurosos de reestructuración.
Dualidad en la economía y en las inversiones
Con independencia de los países, Europa se está convirtiendo progresivamente en una zona económica dual: sectores exportadores muy eficientes con capacidad de innovar, contrapesados por otros más centrados en la demanda doméstica y por tanto menos dinámicos. Esto se refleja cada vez más en los mercados de valores. De ahí que la dispersión de rentabilidades entre sectores bursátiles y también, como vehículos canalizadores del ahorro, entre fondos de inversión de bolsa europea, sea también cada vez mayor. Y se acentuará.
Por ello, aquellos inversores que acepten el riesgo de la renta variable y tengan carteras tradicionales o fondos anclados a índices, verán cómo sus rentabilidades van quedándose atrás conforme avanza el ejercicio. Por el contrario, quien seleccione compañías dejando de lado los pesos de su referencia de gestión (benchmark) y basándose en criterios como los descritos, tendrá mayor probabilidad de éxito porque, en el plazo, el mercado acabará por reconocer la calidad de los negocios y de la gestión de esas empresas en forma de subida de sus cotizaciones. Ayúdense de un buen asesoramiento y encuentren las ideas de inversión que mejor se adaptan al entorno actual de baja, bajísima inflación. Aún están a tiempo.
twitter: @GSantos_A