Hace unas semanas citaba en este blog a los fondos de inversión de tipo mixto y algún lector me transmitió su sorpresa ante mi comentario negativo hacia ellos. Nada más lejos de mi intención, pues no sólo estoy a favor de estos fondos de inversión sino que creo que son una de las grandes herramientas de inversión para muchos españoles. La cuestión es elegir bien y aquí voy a exponer los criterios que considero más adecuados para ello.
¿Qué es un fondo mixto?
Los fondos mixtos son los que invierten una parte de su patrimonio en activos de renta fija y la otra parte en renta variable. En función del peso medio de cada componente, se establecen categorías por parte de reguladores y empresas financieras que confeccionan bases de datos especializadas. Creo que, la mayoría de las veces, esas distinciones están desfasadas y tan solo identifican con seguridad a los fondos de gestión pasiva, con frecuencia de alto comisionamiento, que se caracterizan por el estatismo en los pesos por tipo de activo. A mi juicio, los fondos mixtos deben distinguirse por rangos de volatilidad tomando series temporales superiores a 3 años, lo que permite valorar de manera rigurosa su nivel de riesgo.
Con esto, estoy asumiendo implícitamente la defunción de las subcategorías tradicionales de mixto fijo y mixto variable en beneficio de una única que es la del fondo mixto flexible y, dentro de ésta, como digo, distintos grupos en función del riesgo (volatilidad) medio que el gestor asume y que el comportamiento del fondo ha mostrado durante los últimos años. Los responsables del fondo (gestora y gestores) definirán también su universo de inversión, más local o más global (siempre preferible esto segundo), lo que determinará la elección de los valores concretos desde el punto de vista geográfico.
Lo que considero imprescindible para un fondo mixto
Un fondo de inversión mixto de calidad debe reunir las siguientes características:
- No estar sujeto a benchmark o referencia de gestión alguna. De tenerla, considero preferible una buena combinación de fondos (o ETFs) puros de renta fija y variable.
- Tener volatilidad baja y, si es alta, siempre predefinida dentro de un rango y menor que la de la renta variable pura.
- Anteponer siempre la preservación de capital en plazos de tiempo asumibles por la mayoría de inversores (3 a 5 años).
La cuestión del peso de cada activo
Partiendo de la indispensable flexibilidad de la ponderación en el tiempo de bonos y acciones, los pesos de éstos en cada momento van a ser determinantes para la rentabilidad final del fondo. Por ello, el criterio aplicado por el gestor es aquí trascendental. A mi juicio, la guía más razonable a seguir por éste se basa en la valoración de cada tipo de activo, renta fija y renta variable, de manera independiente y en el subsiguiente análisis fundamental dentro de cada bloque: la exposición específica de duración y riesgo crediticio para los bonos y la tipología y valoración de compañías (índices, en su caso) para las acciones. La mayor o menor relevancia de la visión macro o microeconómica dependerá de la definición del producto y de la especialización y estilo de inversión preponderante en la gestora.
Enorme dispersión de resultados
Observando los fondos mixtos seleccionados por las principales bancas privadas de nuestro país, se pone de manifiesto una enorme dispersión de resultados. Estas variaciones se acentúan en períodos con fases de fuerte incremento de la volatilidad en la renta variable y los últimos 18 meses han sido un buen ejemplo de ello. Así, al cierre del pasado mes de marzo, la diferencia de rentabilidad entre el fondo de mejor y el de peor comportamiento en una selección de productos mixtos de una unidad bancaria española especializada en grandes clientes (lista extrapolable a varias entidades), alcanza el 9% en los tres primeros meses de 2016. ¿Es o no importante elegir bien?
Además, con frecuencia, los fondos mixtos son confundidos con fondos de gestión alternativa, categoría ésta en la que existe una gran diversidad de estilos de inversión (market neutral, long/short, global macro, etc.) y que no debería mezclarse con la de los fondos mixtos, pues sus métodos de inversión y sentido de su presencia dentro de una cartera son muy diferentes.
Minimizar el riesgo en la elección
Para minimizar el riesgo de error en la elección de un buen fondo de inversión mixto, les dejaré tres sencillas reglas:
- Contar como mínimo con 4 ó 5 productos distintos de esta categoría en la cartera, con diferentes rangos de volatilidad histórica y universos de inversión también variados.
- Que todos ellos cuenten con un track record (trayectoria histórica) de un mínimo de 3 a 5 años.
- Que durante ese tiempo, sus gestores hayan respetado siempre los fundamentos establecidos ex ante para la cartera del fondo, especialmente en lo relativo al rango de volatilidad a respetar y a la incorporación a las tendencias favorables de las bolsas cuando éstas se producen.
Con todo ello y un buen asesoramiento profesional, la probabilidad de lograr una cartera consistente de fondos de inversión mixtos se multiplica.