Algunos de los eventos acaecidos durante el mes de agosto ponen de manifiesto las incertidumbres que amenazan la aparente buena evolución de la economía global. Ha habido para todos los gustos pero debemos separar el grano que parece cada vez más escaso de una paja que puede empezar a pesar demasiado.
Las dificultades de Trump entre récords económicos
Donald Trump es uno de esos personajes públicos que cuando crees que no puede sorprenderte más, él va y lo hace de nuevo y con creces. Es el caso de la situación con su exabogado personal y hombre de confianza, Michael Cohen, que se ha presentado hace unos días en el FBI y se ha declarado culpable de ocho delitos ligados esencialmente a la financiación ilegal del Partido Republicano y al fraude fiscal y uno de ellos cometido directamente por orden del propio Trump (comprar el silencio de una actriz porno y de una exmodelo de Playboy relacionadas con el Presidente). Con este suceso, el riesgo para los republicanos de perder el control de las cámaras del Congreso en favor de los demócratas en la cita electoral de noviembre próximo (elecciones midterm) aumenta significativamente. La creciente complejidad de la situación política en EEUU es explicada por Expansión en el artículo de Edward Luce del Financial Times.
Lo anterior ocurre entre récords económicos como el conseguido el pasado 22 de agosto cuando las bolsas estadounidenses alcanzaron el periodo alcista más largo de su historia, con una subida superior al 400% (incluyendo dividendos) en los nueve años transcurridos desde el momento más bajo de la crisis financiera en marzo de 2009. Pocos podrían prever tal alza después de que el índice cayera un 57% desde el máximo alcanzado en octubre de 2007.
El bajo nivel dedesempleo (menos del 4%) y el número de años de crecimiento continuado del PIB (+4,1% en el segundo trimestre, el mayor aumento desde 2014), son variables que también están cerca de máximos históricos. Para culminar la buena foto económica, casi el 80% de las compañías del S&P 500 superaron las expectativas de beneficios en el segundo trimestre del presente año (porcentaje más alto desde que la empresa FactSet empezó a calcular este indicador en 2008).
Pero los riesgos amenazan
Con un Trump menos desaforado por el mayor control legislativo que las elecciones midtermpueden traer y con el favorable entorno macro y microeconómico descrito, parece que deberíamos empezar a incrementar las posiciones en renta variable. Sin embargo, no creo que ésa sea ahora la mejor opción de inversión.
Hay varios factores que amenazan la economía y que podrían acelerar el final de ciclo:
– La guerra comercial es un problema real del que puede derivarse un menor crecimiento de las economías emergentes que arrastre a los países desarrollados e impulse la guerra de divisas.
– Los problemas económicos que atraviesan algunos países de esas zonas emergentes son crecientes. Es el caso de Turquía donde la depreciación de su divisa tendrá un impacto en la capacidad del país para pagar su deuda y ejercerá una presión adicional sobre su sector bancario. Es cierto que su peso en el PIB global no es relevante y que el FMI puede parchear algunos pinchazos pero, con todo, el riesgo de contagio siempre existe y sabemos, por experiencia, que en mercados emergentes éste puede ser veloz e invasivo.
– La gravedad de la situación descrita podría aumentar por la política de retirada de estímulos monetarios y normalización de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (FED) y por los incipientes pasos que en el mismo sentido está comenzando a dar el BCE.
– Esta política monetaria restrictiva de la FED está teniendo ya una consecuencia directa: la salida de capital de muchos países emergentes hacia los Estados Unidos y una menor liquidez en sus mercados de renta fija, especialmente en aquéllos con un déficit por cuenta corriente más elevado y alto endeudamiento en dólares.
Opiniones para todos los gustos
A la hora de enfocar las recomendaciones de inversión, las circunstancias explicadas en este postson interpretadas de manera diferente por analistas y gestores financieros en sus últimas declaraciones y notas de análisis. A modo de resumen:
– «Hay enormes nubes de tormenta en el horizonte», según Alan Schwartz, presidente de Guggenheim Partners.
– Dan Ivascyn, jefe de inversiones de Pimco, cree que «la menor rentabilidad de la renta variable y de la renta fija y la mayor volatilidad existente crean un entorno de inversión peligroso«.
– En la gestora Ethenea estiman que “una posible guerra comercial será un factor cada vez menos importante en las valoraciones; los precios de las acciones podrán reanudar su ininterrumpida subida…”.
– En Fidelity, el gestor Amit Lotha considera que “aunque las valoraciones actuales son elevadas desde una óptica absoluta, parecen más razonables desde una óptica relativa gracias a los fuertes incrementos de los beneficios propiciados por las rebajas de impuestos…”, refiriéndose a EEUU. Y continúa: “Unas valoraciones elevadas no presuponen que el mercado vaya a caer mañana, sino que implican que el margen de seguridad es menor…”.
Mi conclusión
Creo que hay numerosos motivos para la cautela aunque no estemos todavía en un entorno negativo para la renta variable. Por un lado, la fortaleza de la economía de EEUU sostiene los mercados de acciones y, por otro, las mayores tensiones de la Administración Trump con China (además de los crecientes aranceles, se han tomado medidas que casi imposibilitan la inversión china en intereses americanos ligados a tecnología, infraestructuras y personal data), incrementan la situación de inestabilidad política global que siempre es enemiga de los mercados.
No creo que sea el momento de entrar en pánico y vender todo lo que huela a riesgo, pero sí de revisar los pesos en cartera de los activos potencialmente más volátiles y con elevada beta en previsión de un más que movido último cuatrimestre de este ingrato ejercicio de 2018 en los mercados financieros.
Asesórense bien y sean prudentes.