Acaba de finalizar un primer semestre lleno de sorpresas financieras y, todavía más sorprendentes, políticas
Acaba de finalizar un primer semestre lleno de sorpresas financieras y, todavía más sorprendentes, políticas. Estas últimas tienen por delante unos meses llenos de acontecimientos de calado como son la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia y elecciones generales en el Reino Unido, ambas dentro de unos días, y presidenciales en EEUU en noviembre próximo. No es mal menú político, sólo falta España pues de ilusión, aunque peor, también se vive. El reflejo de todo ello en los mercados se producirá aunque dudo que acabe siendo muy relevante. Sí lo serán más algunos de los eventos de índole financiera que estimo también tendrán lugar. Glosaré todo ello a continuación de manera resumida incluyendo mis previsiones sobre su impacto.
Resultados corporativos al alza sobre lo estimado
Las bolsas globales seguirán instaladas en la zona de tranquilidad y los bonos soberanos deberían aparcar la preocupación por la inflación después de los últimos datos conocidos a ambos lados del Atlántico. El foco estará cada vez más en los resultados que se publiquen por las empresas correspondientes al ya finalizado segundo trimestre (la temporada de publicaciones empezará dentro de dos semanas). El robusto crecimiento económico, ahora ralentizándose, de los últimos meses debería de trasladarse a los ingresos y beneficios del segundo trimestre de la mayor parte de compañías cotizadas. Esto incrementaría la confianza del inversor que, en estos momentos, luce más bien tenue. No olvidemos que los beneficios empresariales – cantidad y calidad – siempre determinan la evolución de las bolsas en el medio y largo plazo.
Es decir, los favorables retornos de los índices bursátiles del primer semestre – el MSCI World sube un +10% aunque un tercio se basa en las big techs americanas – tendrían que mantenerse a lo largo de los próximos meses, si bien éstos no estarán faltos de sobresaltos como ha ocurrido en junio en Europa, para concluir con un balance a final de año bastante positivo.
No vamos a ver una recesión en EEUU por mucho que ésta se anticipe por algunos analistas
Es cierto que cada vez más indicios apuntan a una aceleración en el enfriamiento en el mercado laboral americano, lo que estimularía el ahorro y desincentivaría el consumo y, posiblemente, la inversión. Pero las balas monetarias de las bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) siguen intactas y los datos de inflación están ayudando a cargarlas, máxime después de los favorables datos de control de precios del pasado viernes. El componente de confianza que podría generar una primera bajada de tipos de la Fed el próximo 18 de septiembre (considero más probable esta fecha que en noviembre que sería justo antes de las elecciones) sería enorme, ya que podría suponer el comienzo del ciclo bajista de tipos. Todo ello debería configurar el sentimiento de consumidores y empresarios.
El componente de confianza que podría generar una primera bajada de tipos de la Fed el próximo 18 de septiembre sería enorme.
Lo anterior no significa que las cotizaciones de las grandes tecnológicas americanas mantengan su explosiva evolución. Bien al contrario, podría provocar una sana apertura del mercado y que otros sectores se beneficien de más entradas de dinero y el movimiento final de los índices sea más sano y equilibrado.
Trump va a arrasar salvo que…
El equilibrio en las encuestas se difuminó cuando finalizó el primer debate electoral que dejaba a Trump como claro vencedor. Éste tenía las de ganar ya que el declive físico de su oponente llevaba tiempo siendo muy evidente. Este hecho ha hecho sonar las alarmas en el Partido Demócrata. La verdad que no entiendo por qué esto no se produjo antes salvo por el hecho de que, por un lado, un obstinado Biden pensara que podía sobrellevar el siempre intenso proceso electoral estadounidense y con un contrincante como Trump que muerde antes de ladrar y, por otro, no estemos más que en otra fase de un proceso de cambio de candidato diseñado por los asesores demócratas con objeto de ocasionar el menor ruido posible y mantener una buena imagen de Biden y su mandato.
Parece que, de producirse el mencionado relevo, la mejor situada es una vieja conocida… Michelle Obama, quien sí tendría más oportunidades de alzarse con la victoria. De confirmarse, sería positivo para las Bolsas pues la figura de Trump siempre crea más incertidumbre que otra cosa, aunque luego sus políticas «procrecimiento» sean finalmente muy positivas para ciudadanos y empresas. En todo caso, de no acontecer un cambio de algún tipo, Trump arrasará. Veremos.
Será el semestre de los bonos
La flojera que está caracterizando últimamente a los datos macro europeos sumada a más bajadas de tipos de interés por parte del BCE y al posible comienzo de éstas en EEUU, podrían llevar a la renta fija a desandar el negativo camino transitado en el primer semestre, especialmente a los bonos soberanos castigados en precio en exceso en sus vencimientos más largos. Con un fondo económico no boyante pero sí favorable y una inflación que no está en el deseado 2% pero sí se ha moderado mucho, la cotización de los bonos, especialmente los soberanos y más en EEUU que en Europa, debería salir beneficiada en los próximos meses.
Conseguir un balance equilibrado entre tipos de interés adecuados al entorno, crecimiento suficiente e inflación tolerable, maximizando el empleo, es la tarea de los banqueros centrales. Confío en ellos para el semestre que ahora comienza.
Política y geoestrategia distorsionarán menos
Es la estabilidad, y no la exaltación, lo que debería caracterizar la vida política y económica de los países, al menos de los desarrollados. Pero todo tiene matices y puntos de vista. Nuestros políticos no quieren ser conscientes de ello y basan sus posturas en eliminar al contrario y en ese absurdo buenismo ligado a una obtusa corrección política. De ahí que cuando alguien se aleja de esos planteamientos, tiende a ser reconocido por los votantes. Es lo que estimo está sucediendo en Francia. Nada más. Por eso creo que el perfil de riesgo del lepenismo no va a exacerbar a los mercados.
Por otro lado, los conflictos que perduran (Ucrania e Israel los más cercanos) no concluirán en el corto plazo, pero es improbable que su impacto negativo aumente. Cuando lean que Putin quiere invadir Noruega o que Trump se prepara a bombardear México para destruir los laboratorios de fentanilo, no se lo crean. Son boutades para llenar páginas y atraer clics.
Predecir no es una ciencia sino un ejercicio cuya exactitud es muy variable. Pero, basándome en toda la información disponible, explicada en parte más arriba, no creo que me equivoque mucho en lo siguiente: tipos a la baja con una inflación moderada y un incremento en la inversión con la Inteligencia Artificial de fondo. Son éstos, sin duda, elementos de suficiente peso para estimular la economía y el crecimiento y abastecer al tanque de gasolina de los mercados para que provea fuel para más alzas que bajas. Asesórense bien y sean prudentes.