Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, la comunidad internacional ha intentado entender cuál es la posición de China de cara a este conflicto. El gigante asiático ha evitado condenar a Rusia por la invasión ante el Consejo de Seguridad de la ONU y en algunos escenarios se ha ofrecido como mediador. Varios aliados occidentales, entre ellos Estados Unidos, han especulado sobre la posibilidad de que China asista en materia militar a Rusia para avanzar en su invasión. En este complejo contexto, la economía china está atravesando una fase de cambios a la que sus mercados de acciones y de bonos no están reaccionando bien y reflejan altibajos del +/-10% en una sesión. De locos.
Lo sucedido en 2021
La gran cantidad de noticias que nos deparó el año pasado en materia normativa (cambios regulatorios en el sector tecnológico, educación, etc.) afectaron, y mucho, al buen funcionamiento de varios sectores de la economía china y a los fundamentales empresariales subyacentes, así como al sentimiento de los inversores hacia los mercados de capitales del país. Las bolsas cayeron e igualmente los bonos privados.
2022 debería de ser distinto…
En 2022 las presiones normativas siguen planteando riesgos, pero no de la magnitud que vimos el año pasado. Los gestores de renta variable china esperan que el énfasis de las autoridades en el principio de prosperidad compartida se mantenga a la vista de la importancia de esta política para el gobierno, como nos cuenta en un reciente informe la gestora americana Fidelity que cuenta con fuerte presencia en Asia.
Por otro lado, el ritmo de los anuncios reglamentarios ha dado muestras de ralentización y los gestores de Fidelity no creen que veamos reformas de calado que puedan sorprender al mercado. En estos momentos, las políticas de las autoridades chinas se mueven, de hecho, en una dirección muy diferente al enfoque más restrictivo que estamos viendo a escala mundial y regional, especialmente en EEUU.
…pero se está mostrando extremadamente volátil
Las razones para lo anterior son las siguientes:
– La posible exclusión de cotización de las Bolsas americanas de varios ADRs chinos (American Depositary Receipts, que es la fórmula bajo la cotizan muchas compañías no americanas en EEUU). La causa de esa posible exclusión está en la no aportación a las autoridades de mercado estadounidenses de información auditada de las sociedades en cuestión.
– El riesgo de sanciones a empresas chinas por la tibia postura del Gobierno chino ante la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
– A pesar de los recientes anuncios del Gobierno chino apoyando las salidas a bolsa de empresas chinas en el exterior puestas en entredicho hace unos meses y a los avances en la regulación de las plataformas digitales, la realidad es que la incertidumbre todavía reina en la evolución de los grandes valores tecnológicos chinos, hasta el punto que la cotización del gigante del e-commerce Alibaba ha llegado a situarse por debajo de su debut en Hong Kong a finales de 2019.
Conclusión favorable apoyada en datos
Aunque las revisiones a la baja de los beneficios siguen siendo el principal riesgo debido a la cambiante situación del COVID (China confinó recientemente a los 17 millones de habitantes de Shenzhen ante el repunte de la pandemia), la tendencia estructural de crecimiento de la economía china se mantiene y se espera que el PIB crezca un +5,5% en 2022 con una inflación que no supere el 3% (ahora en 0,9%). De ahí que considere que la evolución esperada de la bolsa china siga siendo favorable, especialmente en la temática del consumo chino, ya que la parte del consumo del PIB total está irremediablemente destinada a aumentar a largo plazo.
China juega otra liga en muchas materias económicas con respecto a Occidente; si la normativa que afecta a varios sectores empresariales y la política de su banco central van por el buen camino, lo que parece va a ser así este año, China sigue siendo un elemento de diversificación valioso. No olvidemos que, además del crecimiento que aporta a la economía mundial y especialmente a zonas emergentes, China va a ser probablemente el actor clave para lograr acortar el conflicto bélico en Ucrania. Y en Occidente se lo agradeceremos.
Asesórense bien y sean prudentes.