Bonos a la carrera, ¿Han tocado techo?

La semana pasada, el diario Financial Times hacía mención del buen momento que vive la Deuda Pública española al destacar que la cantidad de ésta en manos de inversores extranjeros marcaba su máximo en casi tres años. Por si esto fuera poco, en la última subasta del Tesoro, el bono español a 10 años alcanzaba su menor rentabilidad de la serie histórica (un tipo marginal del 3,07%), reflejando el recuperado atractivo que residentes y no residentes aprecian en las emisiones del Reino de España. ¡Qué lejos queda el precipicio en el que estuvimos a punto de caer durante el verano de 2012! En menos de dos años, el tipo de interés del bono de referencia español se ha desinflado más de un 4%. Aquí surge la pregunta de muchos inversores: ¿sigue siendo la Deuda española una buena alternativa de inversión en el entorno de tipos a cero? Me temo que no. Explicaré por qué.

No sólo el coste de nuestra financiación ha bajado, también lo ha hecho la prima de riesgo de la Deuda Pública española que se mueve en el entorno de 150 puntos básicos. En otros países europeos rescatados se ha producido el mismo fenómeno de reducción del diferencial de rentabilidad de su bono soberano de referencia respecto al bono alemán. España ya no es un pig (cerdo) y tampoco lo son Portugal, Irlanda, Italia y Grecia. Excepto en las granjas, ya no hay pigs en Europa. Sólo hay países periféricos todavía con problemas pero que ya no tienen que mendigar su financiación ni arrodillarse para que su sector financiero quebrado por gestores y supervisores incompetentes sea rescatado.

El origen del cambio

Cada país de los citados ha tenido un camino propio para su salida de los infiernos. El de España ha sido el que ha estado más marcado por el rescate bancario. A partir de la estabilización de nuestro sistema financiero, gracias a las inyecciones de dinero público en buena medida procedentes de la Unión Europea, el fondo y la forma de las finanzas españolas comenzaron a recuperarse. Algunas reformas estructurales de cierto calado teniendo en cuenta de dónde venimos, como la laboral, y el impulso a nuestra economía procedente del vigor de nuestra exportaciones, hicieron el resto. Sin olvidar, por supuesto, la actuación del Banco Central Europeo con un Presidente, Mario Draghi, valiente y especialmente hábil en momentos clave, pues le ha bastado anunciar la posible adopción de medidas para conseguir el fin buscado sin necesidad de tomarlas realmente.

Hoy, a toro pasado, puede parecer fácil, pero no lo ha sido. De hecho, creo que el proceso de caída que experimentó la Deuda española ha sido de los que dejan huella en los mercados, en los inversores y en los ciudadanos en general. Hace unos días, comiendo en Barcelona, un amigo empresario me comentaba como escuchaba que en conversaciones entre trabajadores de base en los bares de los polígonos industriales se hablaba de la prima de riesgo en lugar de discutir sobre quién jugaba en el próximo Barça – Madrid. Insólito pero cierto. Ahora se vuelve a hablar de fútbol. Y algunos de la consulta o referéndum independentista. Paradójicamente, éste podría hacer que se volviera a hablar, para mal, de la prima de riesgo.

¿Por qué se compran los bonos españoles?

El planteamiento para un inversor extranjero es simple: la rentabilidad del bono alemán, referencia por excelencia de los bonos soberanos en euros, está por debajo del 1,50% y la del español permite conseguir un interés de más del doble. A la hora de tomar una posición en renta fija, ¿por qué decantarse? Lo primero, como siempre, diversificar. Pero luego, buscando rentabilidad y asumiendo un riesgo incremental (no olvidemos que el rating de España sigue cerca del bono basura), y mientras Draghi siga vigilante y los datos macro españoles se mantengan a raya, la opción de comprar bonos del Tesoro español es una de las preferidas. Si no hay riesgo de default, en un entorno de tipos a cero, 150 puntos básicos son muchos como para no aprovecharlos. Desde la perspectiva de la rentabilidad real, España no sale tan bien parada pues, como sabemos, nuestra inflación ronda el cero, pero eso lo trataremos en otro post.

¿Va a continuar en el corto plazo esta tendencia?

Las compras de nuestra Deuda, sí. Su apreciación, no lo creo. Llama poderosamente la atención ver cómo los Treasuries americanos se mantienen en niveles del 2,75% con una inflación en EEUU que se acerca al 2% y un crecimiento real que rondará el 3% en este año. Lo previsible es que su rentabilidad suba con fuerza conforme el tapering (retirada de estímulos monetarios de la Reserva Federal) en EEUU empiece a acelerarse (atentos al mensaje del próximo miércoles de la FED). De no producirse algún suceso económico o geopolítico especialmente negativo (guerra abierta en Ucrania o escalada de quiebras en China) que estimule el efecto refugio del bund, las rentabilidades de los bonos alemanes deberían seguir en cierta medida la senda alcista que marquen las de los americanos. Y los precios, siempre con comportamiento inverso, bajarían. El movimiento, como ya sucedió en la primavera de 2013, creo que será bastante rápido.

Los bonos españoles, así como los del resto de países periféricos, no serán ajenos al proceso descrito. Pese a ulteriores reducciones de nuestra prima de riesgo que además puede que todavía tarden en llegar, la rentabilidad de la Deuda Pública española puede experimentar pronto un alza contagiada por el movimiento de los bonos alemanes y americanos. La compensación de este movimiento vía una menor prima de riesgo es, como digo, posible, pero seguramente insuficiente para evitar la caída de precio de nuestros bonos. Por todo ello, pienso que podemos estar viendo el techo en el precio la Deuda emitida por nuestro país.

¿Qué hacer con las inversiones actuales en bonos españoles?

Creo que es el momento de consolidar plusvalías. Mi recomendación es vender/traspasar los bonos del Tesoro, fondos de inversión y planes de pensiones ligados a este activo con duraciones en sus carteras superiores a 3 – 4 años. Ya habrá momento de volver a ellos cuando la curva de rentabilidades se desplace al alza como preveo en un plazo no muy lejano.

Siguiendo la línea marcada por la agencia de calificación Moody’s, dado que la economía española parece que está «firmemente en tendencia alcista», si el déficit público continúa lenta pero progresivamente reduciéndose y la ratio Deuda/PIB alcanza su techo a finales de 2015 – principios de 2016, creo que debemos seguir confiando en los bonos españoles. De hecho, Moody’s no descarta aumentar la nota de las emisiones de Deuda del Tesoro como ya descuenta nuestra prima de riesgo. Pero lo anterior no quita que sea imprescindible mantenerse vigilantes con su riesgo y que convenga hacer movimientos tácticos en nuestras inversiones. Fundamentalmente para evitar que la parte teóricamente más conservadora de una cartera pierda parte de su valor o entre en negativo. Como podría pasar pronto. Sólo un movimiento de Draghi impulsando una más intensa relajación monetaria (quantitative easing) tan solicitada por muchos podría retrasarlo. Y, probablemente, ni siquiera.

2 comentarios en “Bonos a la carrera, ¿Han tocado techo?

  1. No entiendo porque esta subiendo el tipo de bonos periféricos a 10 años mientras la tendencia es inversa en los centrales( Alemania, Holanda, etc)

    Tengo el fondo de bonos de Bankia que lleva bajando un mes.
    Que me recomiendan?
    Gracias
    Julián
    08/07/2014

    1. La renta fija europea continúa ofreciendo bajas rentabilidades pero su comportamiento no es uniforme como indica: en momentos de tensión en los mercados, la rentabilidad de los países core europeos se reduce (sube, por tanto, el precio de sus bonos), mientras que la de los países periféricos tiende a aumentar al ser asociados por muchos actores del mercado como una fuente de riesgo excesivo. Éstos bonos son entonces vendidos, su rentabilidad sube y su precio baja, y con él su fondo que entiendo tiene en cartera este tipo de bonos (no puedo asegurarlo por no poder identificarlo con seguridad).
      En principio, lo más aconsejable es consolidar plusvalías de los fondos con carteras de bonos periféricos de plazos medios y largos; no obstante la recomendación final que le podamos dar dependerá del conjunto de su cartera la cual puede ser analizada por nuestros técnicos en el marco de nuestros servicios profesionales.
      Si quisiera profundizar en ello, le invito a contactarnos a través de alguna de las vías que ofrece nuestra web: http://www.icapital.es

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