Me llama poderosamente la atención cómo los inversores/ahorradores españoles se incorporan a la carrera a la renta variable. Los flujos de entrada en fondos de inversión son concluyentes en este sentido. Los depósitos primados mantuvieron a muchos alejados de las bolsas. Su desaparición y la caída de las rentabilidades de los bonos les empuja de nuevo hacia la renta variable. Las redes comerciales de las entidades financieras españolas, en su frenética búsqueda de comisiones que engrosen sus desmejoradas cuentas de resultados, hacen todo lo que pueden por darles el último impulso. Todo lo descrito sucede tras varios años de subidas de las bolsas. ¿A qué les recuerda esto?
No me gusta ser agorero aunque sí profundamente realista cuando de inversiones y dinero se trata. Ahora no es recomendable tener bonos en cartera con plazo superior a 1 – 2 años pues la burbuja de este tipo de activo es más que evidente y acabará por explotar. Pero acciones, si se acepta algo de riesgo, sí hay que tener ya que:
- el crecimiento de las economías de los países desarrollados debería de facilitar un comportamiento favorable de las cotizaciones;
- es casi la única fuente de rentabilidad que existe en el actual entorno de represión financiera y tipos a cero.
Por todo ello, creo que el concepto de margen de seguridad cobra más actualidad que nunca.
¿Qué es el margen de seguridad?
Es la diferencia entre el valor intrínseco y el precio de mercado de una acción. Si el precio de mercado de una empresa cotizada es inferior a su valor intrínseco (calculado en función del valor de sus activos y de su generación de beneficios presente y esperada), la inversión en ella puede ser financieramente interesante. De este modo, cuanto mayor sea la diferencia, más atractiva será la adquisición en bolsa de esa compañía pues mayor será el margen de seguridad (safety margin) con que contamos al comprarla.
La posibilidad de calcular el valor intrínseco de una sociedad cotizada por parte de un inversor minorista es reducida por los medios y tiempo de que debería disponer. Conviene entonces seguir a gestores que con sus equipos apliquen esta filosofía y sólo compren lo que verdaderamente cotiza “barato” en relación con su valoración.
No todos los gestores lo aplican
Muchos lectores pensarán que algo tan obvio como lo explicado debe de ser una técnica utilizada de manera generalizada por los gestores de renta variable. Pues no es así. La obligación, impuesta o elegida, de ligar la composición de una cartera a la de un índice y la frecuente tendencia en gestión de separarse poco de ese benchmark (referencia objetiva para comparar la evolución de la cartera), hacen que muchos fondos de inversión tiendan a replicar la composición y pesos de los índices bursátiles, dejando en un segundo o tercer plano esta técnica de gestión.
Además, la selección de valores en base al margen de seguridad obliga a una visión de plazo suficiente que no es siempre del agrado de las casas de gestión ya que puede dificultar la comercialización de sus productos. No obstante, existen gestores y equipos de analistas con suficiente experiencia y consistencia reconocida en este estilo de gestión y con distintos universos de inversión, desde el americano G. Combs (GAM Global Selector) al español J. Uguet (su sicav Lierde centrada en Europa), pasando por los más globales de Capital Group, por citar algunos de ellos.
Ventajas de gestionar renta variable utilizando el margen de seguridad como parámetro principal
- La primera y principal es que permite evitar un deterioro permanente del capital invertido. Cuanto más barata compro una acción, menor tiende a ser el riesgo de que experimente fuertes caídas que alejen todavía más su precio de su valor intrínseco. La protección que facilita el margen de seguridad reduce así el riesgo de pérdidas (downside).
- Refuerza la capacidad alcista (upside) de una cartera si la tendencia del mercado es favorable y en el plazo debería hacerlo mejor que el mercado.
- Al gestionar de manera alejada a la composición de los índices, dado que los movimientos bajistas del mercado acostumbran a arrastrar a las empresas de mayor capitalización y peso en el índice, éstos tienden también a afectarme menos.
Y desventajas
- Dificultad de encontrar compañías claramente infravaloradas y de acertar en el momento de la salida.
- Gestionar así obliga con frecuencia a pasar largos períodos con mucha liquidez.
- En momentos fuertemente alcistas en que todo sube, lo bueno y lo malo, la incorporación a la tendencia puede ser menor que la del índice pues la cartera así gestionada suele ser, insisto, muy diferente de los valores que componen los índices.
Excelente momento para este estilo de gestión
No estamos en un escenario de crecimiento fuerte y global, sino más bien de dispersión en la evolución de las economías de las distintas zonas mundiales por los diferentes momentos del ciclo en que se encuentran. En este entorno, el mercado debe tender a favorecer a aquellas empresas con mejor perspectiva en su cuenta de resultados y que realmente están creando valor para sus accionistas.
De ahí que la utilización con buen criterio del margen de seguridad como base en la gestión de renta variable ayudará a dormir mejor a muchos inversores, especialmente a los menos acostumbrados a la volatilidad. El tiempo lo demuestra.
Feliz semana a todos.