Bolsas, inversión y artificios

Intento no repetir los temas de este blog, cuestión harto complicada hablando de finanzas, pero sucede que si el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, el especulador bursátil es el ejemplo más evidente de tal aseveración. Lo digo por la nueva y reciente salida a bolsa de la empresa Telepizza, compañía controlada por dos grandes fondos de capital riesgo y por el que fuera su presidente. El resultado de la operación no ha podido ser peor, acumulando, a la fecha de publicación de este post, una caída del -25%, lo que es un verdadero récord teniendo en cuenta que ha cotizado menos de diez sesiones. Daniel Badía nos lo contaba el día siguiente a su debut en bolsa, acotando que un desplome del -19% en el primer día de cotización era el peor estreno de la Historia de la Bolsa española.

 

Telepizza, salir a bolsa o al abismo

 

Es llamativo que una empresa salga a cotizar a Bolsa, retorne en este caso, llevando a cabo una oferta pública de venta (OPV) de acciones existentes y, a la vez, una emisión de nuevos títulos que son también suscritos en oferta pública, en este caso de suscripción (OPS), con el objeto de que la compañía reduzca su elevado nivel de endeudamiento con ese dinero. ¿Por qué sus gestores no han esperado más tiempo para venderla de forma que la sociedad tuviera un balance más equilibrado en lugar de pedir dinero a nuevos accionistas y destinarlo de inmediato a amortizar créditos (sin servir, por tanto, para invertir en crecimiento)?

 

Es precisamente la evolución del crecimiento de la empresa donde radica su principal debilidad, ya que no ha sido favorable en los últimos diez años pues su beneficio operativo medido por EBITDA no ha mejorado en ese período. El pasado año 2015 reflejó pérdidas, mínimas pero pérdidas. Su expansión internacional (aproximadamente la mitad de sus tiendas están fuera de España) está ayudando poco al negocio global pues se trata de un sector que está saturado en todo el mundo. Tan complicado era el aspecto de la venta de Telepizza que su precio de salida a Bolsa se fijó en la parte más baja del rango calculado por los bancos impulsores de la operación. El único dato positivo es que la colocación no ha repercutido, al menos inicialmente, en inversores minoristas, puesto que se ha centrado en inversores institucionales, aunque creo que este hecho no aminora el alcance de lo descrito: otro peligroso artificio financiero.

 

Margen de seguridad

 

Acostumbro a recordar en este blog cómo las bolsas van por un lado y la realidad de la sociedad por otro. También suelo insistir en uno de los karmas buffetianos que dice que una inversión inteligente es la que se centra en «valor», es decir, aquélla en la que se adquiere algo que vale más de lo que se está pagando. Lo sucedido con la salida a Bolsa de Telepizza vuelve a poner de manifiesto la importancia de ambas nociones y nos recuerda dos máximas bursátiles de siempre: es imprescindible dar dos pasos hacia atrás para tener una buena visión de mercado y hay que invertir en negocios cuya generación de ingresos sea transparente y creciente.

 

Es cierto que los mercados se mueven en función de expectativas, pero es igualmente verdad que la complacencia de inversores y regulador y la relajación en los controles facilitan la creación de situaciones como la descrita. Además, viviendo en un entorno dominado por la falta de visibilidad futura, invertir en bolsa partiendo de un margen de seguridad elevado (diferencia entre el valor intrínseco y el precio de mercado de una acción) es una cautela indispensable

 

El débil crecimiento obliga a buscar valor

 

No estamos en un escenario de crecimiento fuerte y global, sino de debilidad y dispersión en la evolución de las economías de las distintas zonas mundiales por los diferentes momentos del ciclo en que se encuentran, con dudas crecientes sobre la economía de EEUU y unos datos que vienen de China que son un permanente catalizador de volatidad. En este complicado entorno, el mercado debe tender a favorecer a aquellas empresas con mejor perspectiva en su cuenta de resultados y que realmente están creando valor para sus accionistas.

 

Por ello, y dado que en España hay algunos excelentes gestores (Uguet, Iturriaga, Lastra, entre otros) que lo llevan haciendo durante muchos años, si se quiere de verdad tomar una posición en renta variable, es esencial focalizar la inversión en empresas que crean riqueza en mayor medida de lo que les cuesta el capital que utilizan. Hacerlo así no es una garantía de éxito en el corto plazo, pero sí facilita una elevadísima probabilidad de ganar dinero al cabo del tiempo.

 

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