Las bolsas se mueven por expectativas. Por eso han volado durante el recién acabado primer trimestre de 2015, con la europea a la cabeza pese a que la economía de la Eurozona apenas crecerá este año poco más del 1%. Pero, atención, no todas han subido por igual y, en función de en qué divisa razonemos, incluso han bajado. Que se lo digan a los inversores norteamericanos a los que la fortaleza de su divisa, el dólar, ha depreciado sus inversiones europeas (salvo que hubieran cubierto el tipo de cambio). Así las cosas, comenzamos un segundo trimestre que puede traernos un fuerte incremento de la volatilidad con caídas de todos los mercados de renta variable arrastrados por la bolsa de EEUU.
La economía de EEUU no acaba de confirmar su fortaleza
El balance de los últimos datos macro de la economía americana ha sido más bien mixto. Hasta el pasado viernes, en el lado positivo estaban los datos de creación de empleo. Es cierto que la tasa de desempleo se mantiene en un envidiable 5,5%, pero el último dato conocido de creación de puestos de trabajo ha resultado la mitad de lo esperado y supone el menor ritmo de creación de empleo desde diciembre de 2013. No es un dato muy preocupante, al menos por ahora, pero sí incorpora incertidumbre, especialmente en cuanto al movimiento de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed). La bajada de los ingresos de los estadounidenses durante ya dos años seguidos a pesar del crecimiento económico, la debilidad de los últimos datos de confianza empresarial y el ajuste a la baja de las previsiones de crecimiento e inflación, arrojan también dudas sobre la fortaleza de la economía americana.
Aparente dependencia del movimiento de tipos
Cuándo la Fed subirá los tipos de interés es la incógnita que sigue gravitando sobre los mercados. Es una variable cuya incertitud incomoda notablemente por su relevante influencia en el precio de los bonos y acciones americanos y, especialmente, en la cotización del dólar. Buena muestra de ello, fue conocer el pasado viernes el citado mal dato de empleo que provocó que el dólar cayera más de un 1% (lo que, en una divisa principal como la americana, es muchísimo en un solo día) al considerarse que ese dato alejaba en el tiempo el movimiento al alza de los tipos por parte de la Fed.
No obstante, considero que esa dependencia del nivel de tipos de interés es más aparente que real. Me temo que la fortaleza del dólar de los últimos trimestres y la debilidad mostrada por varias economías emergentes, pueden traer unos resultados peores de lo esperado en buena parte de las compañías cotizadas en EEUU, llevando a las bolsas a reaccionar negativamente al cotizar ya en múltiplos que son difícilmente sostenibles sólo por el impulso de las políticas de expansión monetaria. Pensaba que el detonante de una eventual corrección de las cotizaciones podría ser la subida de tipos, pero ahora, vista la tibia evolución de los datos macro americanos, creo que la causa de la eventual caída de las bolsas puede encontrarse en el inminente nuevo período de publicación de resultados en EEUU.
Seguir teniendo bolsa pero…
Puede parecer contradictorio lo expuesto hasta ahora con el título de este pasaje del post. No quiero confundir sino todo lo contrario. Lo que sucede es que nos encontramos en territorio desconocido o, como mínimo, poco visitado. Me refiero a una economía global que se caracteriza por:
- el fenómeno de la represión financiera impulsada desde los bancos centrales de los países desarrollados que permite mantener sin impagos la montaña de deuda que nos rodea,
- un entorno de tipos de interés a cero, consecuencia de lo anterior, en todos esos países cuyas curvas de tipos se encuentran simultáneamente en niveles, por lo bajo, nunca alcanzados,
- una caída del precio de las materias primas que acentúa el riesgo de deflación en estas economías,
- un crecimiento global favorable pero excesivamente dependiente de lo que suceda en China donde sus autoridades buscan una desaceleración controlada del ritmo de su economía y una transición desde una economía basada en las exportaciones a otra orientada al consumo,
- y una progresiva tendencia por parte de muchos países a llevar a cabo devaluaciones competitivas de sus monedas que está trayendo una volatilidad nunca vista al mercado de divisas.
En este complejo marco nos tenemos que mover los que nos dedicamos a las finanzas y a intentar guiar a los inversores. Con todo ello sobre la mesa y con las cautelas habituales del nivel de riesgo de cada uno, creo que lo más aconsejable es seguir teniendo renta variable en las carteras, con selectividad en la exposición, más europea y japonesa que americana, y sobreponderando las compañías cuyas cotizaciones están todavía por detrás de sus valoraciones y aquéllas que aún mantienen una elevada rentabilidad por dividendo. Para los que no quieran preocuparse por seleccionar y adquirir directamente los valores, existen muy buenos gestores cuyos fondos de inversión y sicav se mueven en esta línea, algunos ya citados en este blog (http://www.expansion.com/blogs/mercados-transparencias/2015/02/16/bolsas-y-margen-de-seguridad.html).
…aprovechando para reducir su peso tácticamente
Lo anterior no quita para que, dado el riesgo expuesto más arriba, pueda ser un buen momento para consolidar plusvalías y no serlo para incrementar riesgo aumentando la exposición a renta variable. Muchos pensarán, sobre todo aquéllos que no han invertido en acciones durante el último trimestre, que la conjunción de la ausencia de inversiones alternativas atractivas (renta fija en mínimos de rentabilidad) y la aparente mejora en algunos datos económicos europeos, deben de ayudar a mantener el pulso del mercado y así las cotizaciones seguir al alza. Nadie lo sabe.
A mi juicio, lo más prudente ahora es hacer, como mínimo, algo de caja con lo ganado y, dependiendo de la evolución de las variables del mercado, aprovechar las correcciones para reposicionar las carteras. Con los datos con los que hoy contamos, sigo creyendo que el año 2015 debería ser un buen año para las bolsas y así lo ha comenzado. Pero no estamos más que en su cuarto mes, no lo olviden, y aún quedan muchas cosas por suceder en este azaroso curso.