Desde que la Eurozona superó la recesión en 2014 (tras la recuperación pos-Lehman volvió a entrar en recesión en 2012 y 2013), hemos venido escuchando como un «karma» de numerosos analistas que el ciclo europeo estaba comenzando a subir y el estadounidense apuntaba a su cima y podría empezar a decaer. Este hecho aconsejaba la sobreponderación de la bolsa europea sobre la americana. La realidad ha mostrado esa estrategia como errónea. Hasta el momento.
En las últimas semanas Europa ha superado a EEUU
Pese a la relajación de los indicadores macro de la Eurozona en el pasado primer trimestre, considerando la rentabilidad acumulada en el año, el índice Eurostoxx superaen estos momentos en aproximadamente un 2% al S&P 500. Si tenemos en cuenta la divisa, la diferencia no varía pues la relación EUR/USD se sitúa hoy a un nivel similar al de comienzo del ejercicio.
Los tipos de interés en la base de todo
Un interesante análisis de Morgan Stanleytitulado Why Wall Street Has the Jitters(“Por qué Wall Street está alterada”) exponía cómo la principal causa de la aparente debilidad de la Bolsa estadounidense se encontraba en el fin del dinero barato. Siguiendo los motivos descritos en el citado informe, recordaré algunas ideas tratadas en este blog en recientes entradas:
– La economía estadounidense se encuentra en su segunda fase de expansión más largade la Historia y comienza a presentar algunos síntomas de su posible final: desde los mínimos de la tasa de desempleo a lo elevado de la deuda empresarialy su previsible dificultad de devolución en un escenario de tipos al alza como el actual.
– La Reserva Federal (Fed) se está viendo obligada a subir los tipos de interés y dejar atrás la época de tipos a cero ante el posible brote de tensiones salarialesque pueden impulsar la inflación con más fuerza que hasta ahora.
– El progresivo desplazamiento hacia arriba de la curva de tipos de interés con subidas en sus diferentes plazos hace que la inversión en el mercado monetario y de renta fija sea de nuevo una alternativa válidapara el inversor. La noción de cash as trash(“el efectivo es basura”) va quedando atrás.
– Hasta hace poco, la posibilidad de endeudarse a tipos a ceroincitaba a la mayor asunción de riesgo invirtiendo más en renta variable. De hecho, la cantidad de dinero prestado a inversores minoristas para comprar acciones en Bolsa alcanzó a comienzo de año un récord histórico. En la misma línea, fondos y planes de pensiones reflejaban en enero pasado máximos de peso de renta variable y mínimos de cash.
– El rally del Dólarde las últimas semanas demuestra que el mercado asume que la Fed no puede ser ajena a las presiones inflacionistas y que los tipos podrían subir más de lo previsto (cuatro subidas en 2018, ya lleva una, en lugar de tres).
– El Presidente Trump y su equipo económico prefieren un Dólar débil para mejorar la competitividad de las empresas americanas y el mencionado movimiento del USD podría llevarles a replantear la guerra comercial.
– Como indicador más relativo pero, a la vez, muy tangible, nos contaba Expansion.com cómo la compañía del gurú Buffet, Berkshire Hathaway, anunciaba sus primeras pérdidas en 9 años.
Sobreponderar Europa sin olvidar la diversificación
Las Bolsas europeas se erigen como los mercados de acciones preferidospara los próximos trimestres. No obstante, y pese a todo lo expuesto más arriba, a la renta variable americana le puede quedar recorrido al alza apoyada en el mantenimiento del crecimiento de los beneficios empresariales gracias a los impulsos fiscales y a una actuación más acomodaticia de lo esperado por parte de la Fed.
En definitiva, teniendo en cuenta lo anterior más la obligada diversificación de la parte de mayor riesgo de la cartera, considero aconsejable mantener cierta exposicióna los mercados de acciones estadounidenses, especialmente para posiciones en algunos sectores de crecimiento diferencial con el tecnológicoa la cabeza que pesa casi el 20%en EEUU versus el 4% en Europa. No olvidemos que, en los últimos tres años, el índice S&P500 supera en un 30%a la rentabilidad del Eurostoxx. Las diferencias de fondo entre las economías de ambas zonas, mal que nos pese, van a perdurar.
Asesórense bien y sean prudentes.