Lo sucedido en la última reunión de la Reserva Federal (Fed) aceleró las expectativas de recortes de tipos para el 2024. Sus miembros indicaron que habrá tipos oficiales más bajos a doce meses vista y Powell explícitamente afirmó que nos encontramos seguramente en el pico de tipos oficiales y que ahora el momento de los recortes es el tema de discusión. Estos dependerán de una amplia variedad de indicadores en relación con el crecimiento, empleo e inflación ya que la Fed no da por terminada la lucha contra la subida de precios.
Este giro radical en el discurso y expectativas de la Fed ha sido el mejor regalo navideño para los mercados de acciones y de bonos que intensificaron sus alzas durante las últimas semanas. Luego, varios miembros de la Fed han intentado infructuosamente apaciguar los ánimos. Sin éxito. Acaba así el año con fuerza alcista que probablemente continuará en el comienzo de 2024.
Las Bolsas deberían de continuar, aparentemente, favorables pero los riesgos podrían intensificarse
Como indico más arriba, de cara a 2024 el mercado acoge en positivo la expectativa de que los bancos centrales hayan terminado de subir los tipos de interés y de que empezarán a bajarlos en 2024. Hay discrepancias sobre el timing de este proceso que no creo comience antes del final del segundo trimestre/comienzo del tercero del año próximo.
Las Bolsas podrían estar soportadas por cierta mejora de los resultados empresariales, un mercado laboral sólido y un crecimiento económico al menos suficiente. El inicio de bajadas de tipos pondría el resto para soportar/impulsar tanto a la Renta Variable como, especialmente, a la Renta Fija.
No obstante, la velocidad de las alzas de esta última parte de 2023 intensifica los potenciales efectos negativos de los riesgos a los que nos enfrentaremos como son un posible resultado en exceso enmarañado de las elecciones norteamericanas de noviembre, los potenciales efectos de segunda ronda sobre la inflación, un bajón en la resiliencia económica en Estados Unidos al decaer la intervención fiscal sin precedentes desde la pandemia, ligado a lo anterior la disparidad entre la evolución de la liquidez y los avances del S&P 500 y un siempre amenazante fuerte retroceso en las cotizaciones de algunas de las sobrecompradas big tech americanas, por citar algunos.
Los bonos pueden ser los grandes vencedores, pero amenazas no faltan
El final de 2023 ha sido glorioso para los precios de la renta fija y así podría ser también, aunque con menos fulgor, el próximo ejercicio. Una estrategia de inversión sobreponderando bonos sobre Renta Variable es sin duda la más recomendable para los próximos trimestres, si bien éstos estarán marcados por las lecturas de inflación a nivel global y por las necesidades de refinanciación de compañías y Estados que acumulan déficit y deuda récords que inevitablemente deben encauzarse aunque sea lentamente. Lo contrario, dada la delicada posición fiscal de los países desarrollados, crearía un riesgo sistémico insoportable para todos los mercados financieros.
Aunque hayamos vivido dos de los mejores meses de la historia para la renta fija, a diferencia de lo sucedido durante la década anterior, la asimetría en el riesgo de los desplazamientos de la curva de tipos de interés continúa siendo francamente propicia: con las rentabilidades actuales, un desplazamiento adverso de 100 puntos básicos implica pérdidas marginales, mientras que una mejora similar ofrece un potencial de ganancia de doble dígito. Esta asimetría se vuelve más favorable con el tiempo, ya que las ganancias potenciales se incrementan mientras que se necesita un movimiento más pronunciado en contra para incurrir en pérdidas.
Más información sobre mercados en 2024 y riesgos domésticos para los checks and balances
Para acabar esta última entrada del año en el blog de Expansión.com, quiero mencionar dos puntos más:
– El lector que desee ampliar información o profundizar en la visión de mercados para 2024 puede hacerlo con los posts publicados durante el último trimestre o en el informe de visión de mercados que elaboré recientemente para inversores.
– Utilizando terminología anglosajona, los checks and balances (controles y contrapesos) son un sistema concebido para impedir que ninguna de las tres ramas sobre las que se fundamenta la separación de poderes adquiera excesiva primacía sobre el resto y ha dotado a los gobiernos de los países desarrollados de una línea de estabilidad política facilitando además su fortaleza económica (ejemplo reciente fueron los frenos judiciales a determinadas políticas del Presidente Trump hace unos años). Esperemos que en nuestro país mantenga esta dirección en su devenir político y judicial. De lo contrario, los mercados financieros españoles y la inversión doméstica serían los primeros en ponerlo de manifiesto. Para mal, lógicamente.
Feliz año 2024.
Asesórense bien y sean prudentes.