¿Acabará Trump con el comercio internacional?

Quiero responder a la pregunta del título comenzando con un recordatorio: el candidato demócrata inicial Joe Biden anunció en su momento la implementación de aranceles similares

Quiero responder a la pregunta del título comenzando con un recordatorio: el candidato demócrata inicial Joe Biden anunció en su momento la implementación de aranceles similares a los que la Administración del próximo Presidente Trump parece, por ahora sólo parece, va a aplicar. Dicho de otra manera, de producirse finalmente una guerra comercial entre EEUU, por un lado, y China y Europa por otro, el camino ya estaba iniciado en cualquier caso.

Lo que ha propuesto Trump

El Presidente Trump ha propuesto un arancel universal del 10 % sobre todas las importaciones estadounidenses y potencialmente aumentar los aranceles sobre los productos chinos hasta un 60 %. Si se implementan, estos aranceles propuestos podrían afectar a diversos sectores de la economía y, en consecuencia, también a los mercados de acciones en caso de compañías cotizadas

Podría parecer que EEUU puede volver al proteccionismo extremo de la ley arancelaria Smoot-Hawley del Presidente Hoover que en 1930 subió los aranceles y provocó que numerosos países extranjeros también los aumentaran en represalia, reduciéndose con todo ello el comercio internacional y produciéndose una indeseada subida de precios en la economía americana.

Reciente precedente de la Unión Europea (UE)

El creciente proteccionismo no sólo está aumentando en Estados Unidos. Recientemente, la Unión Europea implementó nuevos aranceles a losvehículos eléctricos importados de China. Estos aranceles oscilan entre el 7,8% y el 35,3%, además del derecho de importación existente del 10% sobre todos los vehículos. Los aranceles también se dirigen a los vehículos eléctricos no fabricados en China, entre ellos los Tesla.

La UE está sugiriendo una tendencia más amplia hacia el proteccionismo comercial y China ha reaccionado presentando una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio alegando que los aranceles de la UE carecen de fundamento «legal y fáctico». Mal camino, estimo, el del sector del automóvil. Esperemos que no se extienda a otros. Veremos.

Las consecuencias podrían ser muy negativas

Es altamente probable que mayores aranceles sean inflacionistas para la economía de EEUU, lo que dependerá en buena medida de si muchas empresas mantienen o no su política de márgenes de beneficio. El hecho de que sean inflacionistas haría que la Reserva Federal contemplara con más prudencia la continuidad del ciclo de bajadas de tipos de interés, lo que podría ralentizar el crecimiento.

De hecho, según estimaciones de Bloomberg, si efectivamente Trump cumple con el esquema de aranceles descrito, el impacto sobre el PIB estadounidense estaría entre un -0,8% y un -1,3%, dependiendo de si sólo China o todos los países afectados por esta iniciativa deciden impulsar contramedidas.

En todo caso, en el marco descrito se dificultaría el crecimiento global, sobre todo el de aquellos países/sectores más afectados por las barreras arancelarias (China y algunos sectores concretos como los coches europeos).

Poco margen de maniobra

Como otros analistas, soy de los que creen que la retórica de la campaña fue más que nada una táctica de negociación para futuros acuerdos comerciales. Además, no hay que olvidar que cuando comenzó la primera presidencia de Trump hace ocho años, la deuda pública rondaba el 75% del PIB mientras que el déficit era de apenas el 2,9%, muy por debajo del 99% y 7% actual respectivamente. En estos momentos el ciclo económico está muy avanzado y los tipos de interés oficiales son mucho más altos – 4,8% actual vs. 0,8% a inicios de 2017 –. El entorno ha cambiado mucho.

Todo ello limita enormemente el margen de maniobra del que será el presidente número 47 en la historia de la democracia del país americano. Para que se cumpla su lema de hacer de nuevo una América grande (Make America Great Again), evocador eslogan que utilizó Ronald Reagan en su campaña presidencial de 1980, el comercio mundial tiene que seguir progresando ya que la correlación entre el crecimiento del PIB y el comercio globales es altísima, cercana a 1. Trump ha barrido y tiene lo que quería. Cometerá errores, pero cuidará la economía porque en el mundo globalizado en que vivimos ni siquiera Estados Unidos puede prescindir del avance del resto del mundo.