Todo va excesivamente deprisa y la economía no es una excepción. De ahí que no paremos lo suficiente a reflexionar sobre el porqué de la situación económica en que el mundo se encuentra en la actualidad. A mi juicio, gran parte de la bonanza que nos rodea se la debemos a la evolución de China. En Estados Unidos, si el alza de la economía supera el verano del 2019, estaremos ante un nuevo récord de ciclo expansivo. El comunismo soporta el capitalismo, como ya he escrito alguna vez en este blog.
El profesor Nueno da las gracias a China
Pedro Nueno, profesor de dirección de empresas de la escuela de negocios IESE, ha publicado recientemente un libro titulado «Gracias China». En él reflexiona sobre las razones por las que China es el único país capaz de cuestionar la hegemonía de los Estados Unidos y sobre cómo ha llegado hasta ahí: su constante capacidad de generar trabajo, su apoyo al desarrollo tecnológico, sus rutas comerciales, la potenciación de servicios como la sanidad, el turismo especializado, la banca y los servicios financieros, entre muchos otros aspectos que aportan a Occidente, y al mundo entero, una base de crecimiento que hoy en día se ha vuelto imprescindible para mantener la velocidad deseada. Considera el autor que el futuro de China dependerá en gran medida del ritmo de apertura a la inversión extranjera y de la corrección de sus desequilibrios. Concluye el interesante ensayo con la siguiente conclusión: si la tendencia de crecimiento se mantiene, tarde o temprano China se convertirá en la primera economíadel mundo y una potencia difícil de superar.
Los datos lo corroboran
El PIB de China superó los 10 billones de euros el pasado año acumulando un crecimiento del 8,7% anual (media aritmética) durante los últimos 18 años. Para ponerlo en perspectiva, viene bien recordar que el PIB estadounidense se situó en 2016 cerca de los 17 billones de euros y el de la Eurozona se aproximó a los 11 billones. El PIB español de ese ejercicio fue de 1,1 billones de euros. ¡Éste era el nivel de China en 1999! La evolución de la economía china no conoció la crisis financiera pos-Lehman (sí lo hizo su bolsa), como refleja el siguiente gráfico de datosmacro.com:
Otro análisis de máxima solvencia
Desde hace unos años, el Real Instituto Elcano, centro adalid del pensamiento e investigación creado en España en 2001, elabora el Índice Elcano de Presencia Global . En él se agrega y cuantifica, sobre la base de datos objetivos, la proyección exterior y el posicionamiento internacional de los de países en función de las tres dimensiones que conforman su presencia: económica, militar y blanda (esta categoría agrupa turismo, cultura, educación, etc.).
Según la edición de 2016 de este indicador, Estados Unidos es el país con mayor presencia global con casi 2.457 puntos de valor del índice y le sigue China, a bastante distancia, con 730 puntos, por delante de Alemania, Reino Unido y Francia que ocupan los siguientes puestos. China y Corea del Sur son los dos países (entre los 100 analizados) que más aumentan su presencia global en el período 1990-2016. Refleja el Índice un fenómeno consistente en el indiscutible liderazgo de China, junto con alguna economía asiática más, en todo el mundo emergente y quizás pronto en el conjunto del planeta.
Los mercados también confirman su presencia
Varios de los índices MSCI de bolsas mundiales comenzarán a incluir en junio de 2018 las acciones chinas de clase A en su composición (iniciarán la incorporación con 222 compañías). Era inevitable. Se trata de compañías chinas locales denominadas en renminbis y negociadas principalmente entre inversores locales en las Bolsas de valores de Shanghai o Shenzhen y sólo por unos pocos inversores institucionales extranjeros calificados que han obtenido un permiso especial del Gobierno chino, a diferencia de las acciones de tipo «B» y «H» que tradicionalmente han estado abiertas a inversores extranjeros.
La citada inclusión se trata de un verdadero hito bursátil que va a obligar a muchos participantes en el mercado a reconducir los pesos de sus carteras ligadas a benchmarks MSCI y puede suponer la entrada de 210.000 millones de dólares en las bolsas chinas en los próximos cinco años, según Goldman Sachs, además de reafirmar al yuan como divisa de referencia mundial.
China es hoy el principal riesgo para las bolsas mundiales
Visto todo lo anterior, nadie pone ya en duda que lo que suceda en China es una de las principales fuentes de riesgo para los mercados financieros (a mi juicio, la mayor en la actualidad). Ello no sólo se debe a su peso e influencia en la economía mundial sino, sobre todo, a la dificultad en discernir entre los múltiples datos, unos más verosímiles que otros, que nos llegan del gigante asiático. He citado ya en algún post anterior lo que contaba Mohamed El-Erian, entonces Director de Inversiones de la gestora americana Pimco, sobre que el principal problema al que se enfrentaban como economistas era «entender China».
Bolsa sí, pero con gestión activa y sin complacencia
A principio de año escribí que 2017 sería el año de la renta variable. Así está siendo, al menos hasta ahora. No obstante, cuanto mayores sean las dudas que puedan ofrecer en los próximos meses las economías occidentales (EEUU y su Trump trade especialmente), más daño podría hacer a los mercados un retroceso en cualquier dato ligado a la evolución de la economía china. Por eso, opino como Geraldine Sundstrom, jefa de Asignación de Activos de PIMCO, que los inversores tendrían que evitar caer en la complacencia y deberían «sopesar la posibilidad de aprovechar los repuntes cíclicos para acumular efectivo con el fin de desplegarlo cuando acabe produciéndose una corrección». Al final, y utilizando el término de la gestora americana, gestionar dinero es vivir en una permanente «insegura estabilidad».