Hay muchos analistas que piensan que, aunque parezca extraño, para tener éxito en los mercados hay que dejar de lado las previsiones bursátiles basadas únicamente en la economía. ¿Por qué? Porque la bolsa es un indicador económico adelantado, lo que significa que usar únicamente la economía para pronosticar el comportamiento de los mercados es como conducir mirando por el retrovisor.
Warren Buffett lo sabía cuando dijo: «Una regla simple determina mis compras (en Bolsa): ten miedo cuando otros son codiciosos y sé codicioso cuando otros tienen miedo». Es decir, pon las emociones en primer plano a la hora de tomar decisiones de inversión.
Y, ahora mismo, el nivel de pesimismo de los inversores sugiere que las caídas pueden continuar. Pero no para siempre, ni en Estados Unidos ni, sobre todo, en Europa.
Desplome y volatilidad entre arenas movedizas
El desplome bursátil tras el anuncio del llamado “Día de la Liberación” de Trump ha llevado el PER del S&P 500 por debajo del nivel que justificarían sus fundamentales (el índice S&P 500 registró su peor trimestre en más de dos años). El motivo es sencillo: los denominados “aranceles recíprocos”, en su mayoría todavía inciertos en su definición final, superan las expectativas. Así las cosas, la incertidumbre resultante y la inflación persistente están llevando a un deterioro en la confianza empresarial y del consumidor americano.
Podemos diferenciar cómo, en el lado malo, tenemos una tasa arancelaria efectiva estadounidense que está aumentando a más del 20%, superando nuestras expectativas y las del mercado, pero, en el lado bueno, esto deja margen para la negociación de aranceles y el nivel podría descender en los próximos meses.
Buena prueba de lo anterior es que, a principios de la semana pasada, el índice VIX de volatilidad bursátil, un indicador clave de la incertidumbre de los inversores, alcanzó niveles nunca vistos fuera de la gran crisis financiera global de la primera parte de los 2000 y de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, en comparación con esas dos crisis, la situación actual es la más impredecible: con los cambios extremos y repentinos en los aranceles comerciales estadounidenses que va decretando Trump, la dispersión de posibles resultados es posiblemente mayor y asignar escenarios de probabilidades es más difícil. El presidente estadounidense se ha creado su propio parque temático y parece que su atracción preferida son las arenas movedizas, olvidando que éstas pueden absorberte y dejas de estar…
El riesgo de recesión en EEUU aumenta
Dado que es altamente improbable que EEUU retire sus aranceles, una desaceleración significativa del crecimiento económico parece inevitable. Como he explicado, existe mucha incertidumbre sobre el nivel final de los aranceles, por lo que es probable que las previsiones de crecimiento, especialmente en EEUU, se revisen a la baja varias veces. Lo mismo sucede con las expectativas de beneficios de las compañías cotizadas y sus valoraciones en Bolsa, las cuales están sujetas a nuevas revisiones a medida que se publiquen los resultados del 1T-2025, cuyas guías ya se vienen moderando desde enero.
En todo caso, no debemos olvidar que es Estados Unidos quien se enfrenta al resto del mundo, pero no los demás países entre sí. Por ello, el coste en términos de crecimiento real y de inflación lo soporta principalmente Estados Unidos, con un aumento de la incertidumbre que penaliza a las empresas americanas y una caída del consumo debido a la inflación y a un efecto riqueza negativo.
Mirar a Europa como destino de las inversiones
Para la Unión Europea (UE), el impacto sobre el crecimiento de la aplicación de aranceles sería menor que para las demás regiones, ya que es probable que la caída de las exportaciones a Estados Unidos se viera mitigada por un desplazamiento hacia Canadá y México. Por otro lado, la UE aumentaría sus importaciones procedentes de China, lo que atemperaría todavía más nuestra descendente inflación. De hecho, el BCE bajará de nuevo esta semana los tipos de interés y, probablemente, culminará el próximo junio el ciclo de bajadas dejándolos en un favorable (para el crecimiento económico) 2% (pro memoria, el tipo equivalente estadounidense se encuentra en estos momentos en el 4,25%).
Las Bolsas europeas que han estado baratas durante varios años, podrían haber encontrado finalmente un catalizador sostenible. La rotación de inversiones del mercado americano hacia el europeo, sobre todo vía ETFs, unida al alza de las acciones de defensa ante las demandas de refuerzo militar y el impulso de 500.000 millones de euros de Alemania en infraestructuras y defensa, liberada del freno de la deuda, podrían elevar el PIB en más de un 2 % anual a partir de 2026, según estimaciones del analista First Trust. En definitiva, este cambio de sentimiento y la acción política hacen que Europa sea cada vez más atractiva como destino de inversiones.
¿Es hora de entrar en pánico?
¿Es hora de «comprar en la caída»? ¿O es solo el comienzo de una recesión más larga y profunda?
Las heridas de este episodio no sanarán rápidamente. La agenda comercial de Trump busca reconfigurar el orden económico global, pero a corto plazo genera un entorno de incertidumbre que limita la visibilidad para inversores y empresas. Pero como inversores, no debemos nunca dejar de lado algunas de las reglas fundamentales en la gestión de inversiones:
- Concentrarnos en nuestros propios objetivos de inversión, preponderando nuestro ratio rentabilidad/riesgo deseado) , no en la evolución del mercado.
- Contar en todo momento con exposiciones a mercado equilibradas, utilizando todas las herramientas que facilita la gestión de inversiones (tamaño de las empresas, estilo y exposición a factores, más enfoque valor o mayor peso del crecimiento; en renta fija, las asignaciones a bonos gubernamentales en sus distintos plazos y a corporativos con grado de inversión puede ser ahora más conveniente que a bonos renta fija de alto rendimiento y plazos largos, etc.).
- La presencia de inversiones ilíquidas suele generar mayores rentabilidades y eliminar la tentación de especular, además de la frecuente descorrelación que facilitan al atemperar los efectos cíclicos de la economía.
- Finalmente, las carteras deben reequilibrarse con frecuencia y evitar siempre grandes apuestas, estableciendo límites por peso, zona geográfica, etc.
Es decir, a pesar de la volatilidad, un inversor cabal y bien asesorado no debería abandonar su estrategia de inversión si ésta es consistente. Retos como el que tenemos ahora delante nos recuerdan que debemos tener siempre presentes los principios básicos de la inversión multiactivo a largo plazo que he citado en esta columna. La valoración de su cartera se lo agradecerá.