EEUU ya tiene nuevo Presidente y los mercados le están dando la bienvenida con subidas: los favorables eventos geopolíticos, las sólidas cifras de empleo y las señales mixtas pero alentadoras en los datos de inflación, están en la base de ello
Recordaba en esta tribuna hace unas semanas algunos de los riesgos a los que se enfrentan los mercados financieros en el año 2025. Entre otros, la geopolítica como generador de volatilidad en las Bolsas: Ucrania, Oriente Próximo y el lado oscuro de la doctrina Trump. Pues bien, los dos primeros parecen encauzarse. Trump tiene, para bien, algo que ver en su potencial resolución. Sobre el tercero, la propia figura de Trump y sus políticas, pronto tendremos datos, veremos. Los Estados Unidos ya tienen nuevo Presidente y los mercados le están dando la bienvenida con subidas: los favorables acontecimientos geopolíticos, las sólidas cifras de empleo de Estados Unidos y las señales mixtas pero alentadoras en los datos de inflación, están en la base de ello.
Referencias macro positivas en EEUU
Se recibieron con alivio los datos de IPC conocidos hace unos días: tasa general aumentó un 0,4% intermensual y se situó en un 2,9% interanual (la causa es que se diluyen los efectos desinflacionarios de la energía), pero la inflación subyacente se frenó en una décima batiendo expectativas. Después de varias semanas de tensión, la rentabilidad de los bonos del Tesoro americano cayó y su precio subió, contagiando a la renta fija europea que también se apreció. Como explicaba la en mi columna de la pasada semana, los fuertes datos de empleo y una inflación persistente podrían llevar a la Reserva Federal a suspender los recortes de tipos en sus reuniones de enero y marzo. En estos momentos, vistos los mencionados datos de inflación, el consenso de mercado vuelve a descontar rebajas en los tipos americanos.
En Europa, es más que probable que el BCE, por su parte, lleve a cabo a final de enero su quinta rebaja de tipos consecutiva en los últimos siete meses. De no hacerlo, prepárense para un pequeño seísmo en los mercados de acciones y de bonos que sería, en principio, muy aprovechable para salir de compras.
Lo que se encuentra Trump
El nuevo Presidente cuenta con una economía en buena forma y que debería continuar estándolo: el gasto público, los recortes de impuestos, los realineamientos comerciales, la desregulación y las políticas industriales propicias impulsarán el crecimiento de los ingresos reales de los consumidores con bajos ingresos y de las empresas más pequeñas. Una ampliación de la prosperidad, vamos, ¿qué más puede pedir un político/no político – como él mismo se declara – que llega a la presidencia?
Además, aunque el empleo en Estados Unidos tiende a desacelerarse poco a poco, las encuestas de confianza parecen respaldar la tesis de un crecimiento por encima de la tendencia. El martes pasado, el Índice de Optimismo de las Pequeñas Empresas (NFIB) que auna, entre otras, algunas variables clave como evolución del empleo, nuevos contratos, condiciones del crédito, etc., se disparó a 105.1 en diciembre de 2024, su nivel más alto desde octubre de 2018. La confianza se encuentra en niveles que recuerdan a las semanas en las que se levantaron los confinamientos pandémicos. En la misma línea, la semana pasada la Reserva Federal de Nueva York publicó su última Encuesta de Expectativas del Consumidor que indicaba que la proporción de personas que esperan que sus finanzas mejoren dentro de un año es tan alta como lo fue justo antes de la pandemia.
Las mejores inversiones financieras en el entorno Trump
Ya hemos visto gran parte de ese sentimiento positivo reflejado en las acciones estadounidenses. Hasta ahora, las compañías de megacapitalización relacionadas con la tecnología han sido las líderes, pero los índices de pequeña capitalización de EEUU ya han adelantado a los índices de gran capitalización en los últimos tres a seis meses. Apostar por fondos de inversión de mid/small caps americanas es una opción adecuada en estos momentos.
Una recuperación de las fusiones y adquisiciones debería de impulsar aún más este repunte de las empresas de menor capitalización. Los fondos de gestión alternativa vinculada a movimientos corporativos (“event driven”) pueden ser también grandes beneficiados con el trumpismo y su regulación más laxa en varios sectores de la economía.
Como orientación más amplia de inversión, las acciones de valor y las empresas cíclicas podrían empezar a parecer más atractivas a medida que las ganancias del algunas “big tech” del sector tecnológico se desaceleren y se normalicen. En ese escenario, los rendimientos del índice S&P 500 podrían ser decepcionantes debido al elevado peso de las megacap, aun cuando el mercado de valores estadounidense en general tenga un desempeño sólido. Conclusión: mejor una gestión activa con el enfoque citado que pegarse al índice.
¿Qué pasa con las otras zonas del mundo?
En Europa encontramos segmentos de mercado con grandes descuentos en comparación con las acciones estadounidenses y varios países relevantes cotizan a múltiplos de un solo dígito. Sin embargo, los fundamentales de la economía europea ofrecen todavía más dudas que certezas: los problemas políticos evidentes en Francia y Alemania, el exceso de regulación que obstaculiza el avance de muchos sectores como el agrícola o el de automoción, y una absoluta dependencia energética (Alemania/Rusia) y exportadora (Alemania/China), son factores que debilitan las bases del crecimiento potencial de nuestro continente.
En China, por el momento, las incertidumbres todavía son mayores: Trump amenazó en campaña repetidamente con imponer un arancel del 60% a todas las importaciones procedentes de China y un arancel del 10 al 20% a las del resto de los socios comerciales de Estados Unidos. Sin entrar ahora en los efectos inflacionistas que tales medidas podrían acarrear, creo que una acción tan agresiva provocaría seguramente represalias por parte de los socios comerciales de Estados Unidos en forma de aranceles a la importación equivalentes, amén de un bloqueo de exportaciones chinas de tierras raras que son básicas para las industrias americanas de microchips y las manufactureras en general. Semejantes represalias podrían llevarnos por el camino de las políticas económicamente destructivas de empobrecer al vecino como sucedió en los años treinta del siglo pasado.
Si lo anterior se moderara, es decir, nuevos aranceles pero más bajos y una imagen amistosa en las relaciones políticas, como así espero, China podría ser una de las sorpresas para la inversión financiera en 2025 ya que su desaceleración desinflacionaria, una política monetaria flexible y una postura fiscal proactiva, como han comunicado en semanas recientes sus autoridades, dotaría a su depauperado mercado de acciones de un vigor no visto durante años.
Dispersión en rentabilidades con Trump de fondo: mayor motivo para diversificar
El año 2025 ha comenzado con una elevada dispersión en el comportamiento de los mercados de renta variable y de renfija globales. Mantenerse ágil y diversificado es obligado. Son tiempos de Trump y, ya se sabe, puede pasar de todo, lo mejor, esperemos, pero también lo peor. Misión divina la del nuevo Presidente, como la definen sus seguidores, y beatífica tarea la del analista y asesor que la examina.