Mucho se ha escrito, incluido un servidor, sobre la reducción del dividendo del Banco Santander que ha agravado las caídas en el primer episodio de volatilidad del año 2015. No será el último, nos esperan otros y peores como exponía hace unas semanas en la segunda parte de mi visión de mercado para este nuevo año. Triste realidad la del poseedor de una cartera de acciones poco diversificada que se ve sorprendido por cambios, teóricamente inesperados, en la gestión de compañías cotizadas en las que invirtió y que resultan en minusvalías y quebrantos. La vía más eficiente para evitar tal situación es tan sencilla como no tener acciones en la cartera de inversión y aislarse así de la volatilidad. Pero vivir ajeno al riesgo tiene hoy un coste consistente en la obtención de escasísima o nula rentabilidad. Expondré en este post una alternativa, enfocada hacia fondos de inversión, a esos dos extremos, el del riesgo elevado de la renta variable direccional con potencial alcista (y bajista) y el de la calma total de la inversión monetaria sin retorno. Para ello, lo primero es entender lo que ha sucedido.
Las bolsas no dieron mucho en 2014…
Centrándonos en las bolsas más cercanas, no hubo el pasado año muchas alegrías (Eurostoxx +1,2%, Ftse UK -2,9%, Ibex +3,6%) y éstas fueron por barrios. Las compañías con más tamaño, mayor nivel de endeudamiento, alto reparto de dividendos y con peor expectativa de mejorar resultados, fueron las que mejor se comportaron y permitieron empujar algo a los índices, relegando a las empresas con mayor rentabilidad sobre recursos propios a un segundo plano. Ello supuso una rotación de sectores y empresas desde las de mayor crecimiento y mejores expectativas de beneficios, hacia las de sectores con peor perspectiva de crecimiento pero con un componente más defensivo en cuanto a sus ingresos. Este comportamiento de mercado penalizó a muchos vehículos de inversión con gestión basada en búsqueda de compañías con mayor valor intrínseco respecto a su cotización que, como digo, tuvieron menor visibilidad en el mercado.
…y los tipos a corto plazo tampoco
Con la mayoría de inversores (y gestores) alejados por temor de los bonos con plazos medios y largos visto su riesgo asimétrico (mayor probabilidad de pérdida que de ganancia dado el bajo nivel de tipos alcanzado), la alternativa no era, y es, otra que la renta fija con ínfimos tipos a corto plazo. No obstante, el pasado año, el riesgo de recaída en recesión en Europa (con Draghi al acecho desde el BCE) y la ralentización del crecimiento en China, hicieron que todos los plazos de la curva de tipos, incluidos los más largos, se fueran todavía más abajo, llevando a la renta fija con elevada duración a revalorizarse mucho. Nunca en la historia han estado tan bajos las principales referencias de tipos de interés de países desarrollados (bund alemán, Treasury americano y bono japonés). Pero todo tiene un límite y la situación ahora es todavía más extrema en el bajísimo nivel de tipos de interés tanto a corto como a largo plazo y, por tanto, mayor es la dificultad para obtener rentabilidad alguna mediante la inversión en activos ligados a ellos. Habrá que esperar a que vuelva la inflación (¿volverá algún día?) y los tipos suban para plantearse de nuevo la inversión en bonos. Hasta entonces, emisiones baratas para Estados y empresas (¡que se lo digan al Tesoro español que ha convertido sus emisiones puntuales de bonos ligados a inflación en subastas periódicas!).
Las cosas no pintan mucho mejor en 2015
Bajos tipos, volatilidad y dudas en el crecimiento económico convierten la búsqueda de rentabilidad con bajo riesgo en una tarea cada vez más ardua. Como decía al principio, hay en estos momentos algunos riesgos de calado que pueden traer de nuevo momentos de fuerte volatilidad:
- En el corto plazo: Grecia y el Euro, los efectos negativos de la caída de precio del petróleo (cierto que también los hay positivos) y la deflación que tiende a ralentizar el escaso crecimiento.
- En el medio plazo: un parón en el crecimiento en China, la crisis en varios países emergentes por la caída de precio de las materias primas, la incapacidad de EEUU de impulsar el crecimiento global y la montaña de deuda de Occidente.
Alternativas de inversión con riesgo moderado para este entorno
Mi propuesta se centra en fondos de inversión con gestores que buscan valor, seleccionando compañías independientemente de su peso en el índice y basándose en análisis fundamental, y gestores que, partiendo de la misma filosofía, cubren temporal o permanentemente su cartera así comprada, de manera parcial o total, buscando que el mejor comportamiento relativo de su selección de valores les permita obtener una rentabilidad diferencial con bajo nivel de riesgo y en cualquier entorno (incluso con mercados bajistas). En definitiva, fondos y gestores que:
- hayan demostrado una gran capacidad de selección de compañías de crecimiento que obtengan una rentabilidad que supere su coste del capital empleado, ya que creo que el mercado sí debe reconocer este año con subidas a las empresas cotizadas de calidad;
- cuenten con una gestión flexible con consistencia demostrada, alejada de benchmark e implementen estrategias que den entrada a distintos tipos de activo;
- aporten un colchón que absorba las caídas por su comportamiento favorable gracias a su gestión market neutral.
En balance: mantenernos fieles a la filosofía buffetiana de inversión de búsqueda de valor y utilizar coberturas que nos permitan evitar caídas fuertes del mercado y no poner en riesgo el patrimonio invertido. Una buena combinación de varios fondos de inversión basados en este tipo de estrategias (imposibles de categorizar en las clasificaciones de la CNMV) debe ayudarnos a no pasarlo tan mal cuando lleguen momentos difíciles de mercado.
Los episodios de volatilidad de 2014 fueron frenados por la combinación de mensajes de los bancos centrales y por los buenos datos macro provenientes de EEUU. Sabemos que es complicado que esto se repita con la misma intensidad durante este año 2015. Si no quieren pasar malos ratos por la impredecibilidad en el corto plazo de la renta variable, sean prudentes, combinen estrategias como las expuestas y busquen alternativas de inversión que puedan facilitar una expectativa razonable de rentabilidad en el actual entorno de tipos a cero a la vez que un nivel de riesgo moderado.