Lo sucedido en los mercados financieros y en la macroeconomía que los sobrevuela durante el casi acabado mes de agosto puede resumirse en la siguiente frase: en la economía estadounidense, el riesgo de recesión ha sido reemplazado por una elevada probabilidad de aterrizaje suave y en la europea la ralentización continúa. De acuerdo con ello, tipos largos americanos al alza (en máximos de casi 15 años) y tipos europeos más o menos como los dejamos a final de julio. Pondré algo más de detalle.
Los bancos centrales no cambian su mensaje
En la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming, EEUU), el presidente de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, Jerome Powell, mantuvo el tono restrictivo durante su participación asegurando que las autoridades monetarias están dispuestas a seguir subiendo las tasas de interés para lograr reducir la inflación al objetivo del 2%, o sea, el mismo mensaje de las últimas reuniones de la FED. La fortaleza de la economía americana facilita en estos momentos la labor de su banco central.
Lagarde, presidenta del BCE, tampoco varió el mensaje a pesar de encontrarse en una posición muy distinta a la de Powell (la todavía elevada inflación y la endeble economía europeas no le ayudan en su labor): insistió en el objetivo de inflación del 2% y rechazó la posibilidad de cambiar esa política (craso error, a mi juicio, pues creo que sería mejor un rango flexible 1,5%/3%) y dejó claro que no tiene ninguna intención de frenar el endurecimiento monetario antes de que haya un avance muy claro hacia el fin de la inflación.
En definitiva, nada nuevo bajo el sol por parte de los bancos centrales.
En agosto, además, los datos adelantados de los índices de confianza empresarial europeos, en claro deterioro ya a finales de julio (ver cuadro abajo), muestran caídas por debajo de 50 en el sector servicios que sugieren una contracción del PIB de la Eurozona del 0,2% en el tercer trimestre de 2023.
Fuente: S&P Global, J.P. Morgan Asset Management. Una puntuación de 50 indica que la actividad económica no se está expandiendo ni contrayendo, por encima de 50 indica expansión. Datos a 28 de julio de 2023.
¿Cómo se ha reflejado lo anterior en las bolsas?
Ha habido caídas durante el mes de agosto que se han corregido parcialmente durante la última semana. La sobrevaloración de los mercados de acciones estadounidenses continúa frente a una bolsa europea con aparente más upside, como reflejan los múltiplos de valoración (PER) con el S&P cotizando a 19x (aunque sesgado al alza por el peso de las grandes tecnológicas) frente a su media histórica de 16x, mientras que Europa tiene un PER de 12,8x frente su media de 14x. Aquí también, nada nuevo bajo el sol a pesar del deterioro previsto del ciclo económico global en un contexto de elevada inflación subyacente, tipos restrictivos más tiempo y la reapertura de China menos intensa de lo esperado. La sostenibilidad de las valoraciones, como escribía aquí hace unas semanas, dependerá de cómo evolucionen los resultados empresariales.
¿Y en los bonos?
Además de lo comentado al principio de esta columna, es especialmente relevante la sorprendente resistencia al alza de los tipos de interés que hemos observado hasta ahora en los bonos privados europeos. Bienvenida ésta en todo caso pues es signo de la salud y bajo endeudamiento del tejido empresarial en Europa. Tanto los diferenciales de los bonos con grado de inversión (mayor calidad crediticia) como los de emisores high yield (alto rendimiento y peor calidad del emisor) se mueven a niveles similares a los de hace un mes y, en general, mantienen su atractivo inversor especialmente en los plazos cortos.
Sin variar la estrategia de inversión
No hay cambios en la estrategia de inversión que he ido exponiendo en este blog en las últimas entradas (infraponderación en renta variable, aprovechamiento de los elevados tipos a corto y dar entrada poco a poco a renta fija de plazos más largos), si bien, como conclusión, conviene recordar que los cambios estructurales de la economía global probablemente requerirán un periodo más largo de tipos de interés elevados en comparación con las dos últimas décadas. Sobre esos cambios que en parte justifican la mencionada revisión del objetivo de inflación a un rango en vez de una cifra, versará una próxima columna.
Asesórense bien y sean prudentes.