El denominado «mini-budget» («minipresupuesto») ha creado una grave crisis de confianza en el gobierno británico, ha hecho descender más la cotización de la libra esterlina y ha disparado la rentabilidad de los bonos emitidos por el Reino Unido (o gilts) cuyos precios han caído bruscamente hasta el punto de que el Banco de Inglaterra comenzó a comprar gilts para parar el derrumbe de sus precios y de la libra con ellos. ¿Pueden las medidas del «mini-budget» ser tan negativas o estamos ante una sobrerreacción del mercado ante algo inesperado? Veamos cuáles son estas medidas.
En qué consiste el mini-budget
El paquete de recortes de impuestos impulsado por la Primera Ministra Liz Truss, el más radical para Reino Unido desde 1972, tiene el objetivo de impulsar la economía y de manera muy resumida consiste en lo siguiente:
– IRPF: desde abril-23 se reduce el tipo básico al 19% (31 millones de británicos se beneficiarán de ello) y también se baja del 45 al 40% el tipo marginal más alto.
– Impuesto de Sociedades: se frena la subida del tipo impositivo general del 19 al 25% anunciada por el anterior Gobierno.
– Seguridad Social: como en el caso anterior, se revierte la reciente subida de cuotas.
– Búsqueda de empleo: se regula la búsqueda de trabajo de las personas desempleadas obligándolas a una búsqueda activa para poder mantener los beneficios sociales
– Fondos y planes de Pensiones: se facilita su inversión en activos ingleses y las aportaciones de empresarios.
– Compra de vivienda: reducción del stamp duty (impuesto que se paga al adquirir una vivienda).
– Energía: congelación de tarifas, lo que se estima por el Gobierno que provocará una reducción del 5% en la inflación como comenté en este blog hace unas semanas.
– Otras medidas de reducción de impuestos: supresión del IVA en compras de turistas, cancelación de las subidas de impuestos previstas para varias bebidas alcohólicas como la cerveza, rebaja de impuestos y mayor liberalización en el acceso al suelo urbanizable y comercial.
Conclusión positiva pero expectante
Es evidente que estas medidas no dejan indiferente a nadie. A mi juicio, a pesar de las críticas procedentes de muchos colectivos y fuentes de información – Financial Times entre ellos – caminar hacia una economía menos regulada y con impuestos más bajos puede sentar las bases del auge económico para el Reino Unido que muchos creyeron nunca se produciría de nuevo después del Brexit. Porque esa es la gran pregunta que se plantea en todos los foros económicos y políticos en estos momentos: ¿harán subir la recaudación estas bajadas de impuestos y harán del Reino Unido un país más solvente mejorando además la calidad de vida de sus ciudadanos? ¿O tendrán razón los mercados y los rivales de Truss que predicen la pérdida de solvencia del Reino Unido ligada a una caída de la recaudación y a una acumulación de deuda pública insoportable?
Veremos y, en todo caso, el resultado de la próxima cita con las urnas prevista para 2024 dará a o no la razón a Truss y su equipo. Valentía política, lo que tantas veces echamos de menos en España para afrontar las crisis económicas, no les está faltando. ¿A alguien le recuerda lo aquí descrito a lo que ha sucedido desde 2019 en la Comunidad de Madrid?
Asesórense bien y sean prudentes.