Con vistas al mes de agosto surgen con frecuencia las preguntas sobre qué hacer durante esta fase históricamente más volátil en el periodo estival. A pesar de que mucha más volatilidad de la que ya acumulamos en el año es, a mi juicio, difícil que veamos, conviene recordar algunas de las pautas de inversión más útiles para estos momentos en los que la inflación y los bancos centrales son protagonistas y las tensiones geopolíticas y la recesión amenazan permanentemente.
Mejor no huir a la liquidez y sí aprovechar ésta
La elevada inflación nos despatrimonializa. Las inversiones de más riesgo en cartera, sea riesgo ligado a tipos de interés/emisores de bonos o riesgo vinculado a la renta variable, lo compensarán en el plazo. Los políticos, aunque a veces lo pueda parecer, no van a hacer desaparecer la capacidad de emprendimiento y de creación de riqueza de ciudadanos y empresas, y los mercados financieros, por su lado, siempre acaban reflejando la mejora de la economía que ello acaba por originar. Ésta, desacelerándose en la actualidad, retomará el ciclo favorable y acciones y bonos se adelantarán con subidas de precio descontando ese escenario de superación de la crisis y de mayor crecimiento. Siempre sucede así.
En el ínterin y pensando en el inversor que ha acumulado liquidez, puede aprovecharse la mejora en la perspectiva de rentabilidad de algunos fondos de renta fija de alta calidad crediticia, con muy bajo riesgo de duración y una rentabilidad potencial atractiva (igual o mayor al 2%). Esta alternativa de inversión, impensable a principio de año, puede complementar muy bien la cartera utilizándose para ello parte de la liquidez que esté sobreponderada en cuenta.
Seguir siendo prudentes en bolsa
La renta variable ha caído con fuerza pero menos que en otras recesiones y es posible que el goteo bajista todavía continúe un tiempo. Eso sí, alternado con fases breves de rebotes, sobre todo en algunos sectores, como el tecnológico, especialmente castigados.
Aunque parte de los resultados publicados correspondientes al 2T-22 está aguantando bien (destacando el sector financiero que continúa con un coste de riesgo controlado, capital estable y en el que veo razonable aprovechar caídas para tomar posiciones), y aunque los desplomes de algunos índices están siendo de una intensidad inusual (el S&P500 ha caído un -20,2% en los primeros 132 días hábiles del 2022, el segundo peor registro en toda la historia), no podemos olvidar que desconocemos la verdadera profundidad de la recesión a la que nos enfrentamos.
Por mucho que lean comparativas con lo sucedido a principio de los 2000 (estallido burbuja tecnológica) y después de 2008 (crisis subprime e inmobiliaria, caída de Lehman, crisis deuda soberana y bancaria), les aseguro que no existen dos crisis iguales y son pocas las lecciones del pasado que sirven realmente para determinar el mejor comportamiento a seguir en momentos como el actual. Aprovechar teóricas oportunidades es siempre atrayente pero hasta qué punto son realmente buenas oportunidades solo lo sabremos con el tiempo. La prudencia inversora siempre ayuda y facilita estabilidad financiera y psicológica para el inversor.
Ir construyendo posiciones en bonos visto el posible punto de inflexión en la inflación subyacente USA
La inflación subyacente en EEUU parece haber alcanzado un punto de inflexión en el dato de junio y confirma su reducción desde el pico de marzo. Los bancos centrales, por su parte, aun siendo persistentes en avanzar en la senda de la subida de tipos – más la FED que el BCE -, van a intentar impactar lo mínimo posible en las economías para evitar riesgos de peso como la atención del servicio de deuda por parte de algún país de la Eurozona (la tan aireada «fragmentacion») y las quiebras desordenadas en algunos sectores empresariales más sensibles a cambios en el entorno de tipos.
Debido a lo anterior y después del peor primer semestre de la historia en el comportamiento de los precios de todos los segmentos de renta fija, la búsqueda de sensibilidad a tipos de interés en deuda pública ya puede servir de refugio en caso de mayor corrección de los mercados. Y, para aquél que no cuente con posiciones en bonos corporativos, aprovechar, aquí sí, el momento de entrada, con la deuda financiera especialmente destacada, para construir poco a poco una posición. La mejora en precio de ésta será afortunadamente inevitable gracias al devengo de cupones y a la convergencia a la par del precio de los bonos. Obviamente, siempre que no haya un default o impago de algún emisor. Seleccionar bien, como siempre y quizás ahora un poco más, es clave.
Asesórense bien, sean prudentes y pasen un feliz verano.