Leyendo noticias sobre la situación del Reino Unido (United Kingdom, UK) en la prensa económica europea parece que procedan del sensacionalista The Sun o de algun tabloide en la línea. Pues no, no hay fake news, si bien es obligado analizar y matizar lo que está sucediendo en UK, las causas y hacia dónde caminan la economía y los ciudadanos británicos.
Desabastecimiento y falta de mano de obra
La gasolina es quizás el producto más visual del fenómeno de desabastecimiento que experimenta el país. Vemos en televisión las largas colas de conductores para obtener combustible y episodios violentos en las estaciones de servicio. Los mensajes transmitidos por medios de comunicación y redes sociales sobredimensionando estos sucesos contribuyen a exacerbar el problema pues la gente va a llenar el coche de gasolina aunque no la necesite (recordemos el episodio del papel higiénico en España al comienzo de la pandemia).
Sin embargo, como decía el Ministro de Transporte inglés, Grant Shapps, hay combustible de sobra en las reservas y el cierre de algunas gasolineras se debe principalmente a una falta de mano de obra en los servicios de transporte. Este factor, la escasez de mano obra, está afectando al sector retail de distribución en general, gasolineras y supermercados especialmente, y creando un mal ambiente social que el Gobierno de Boris Johnson no sabe o no puede gestionar. Realmente, como sabemos, los políticos británicos no están a la altura desde hace tiempo.
Y es que las dificultades de contratación sugieren que continuará esa escasez de mano de obra (aunque con divergencias tanto geográficas como de habilidades) como nos recuerda JP Morgan en el gráfico que aparece a continuación:
Fuente: Bank of England, J.P. Morgan Asset Management. Datos a 8 de octubre de 2021.
Subida de tipos del BoE
La situación descrita podría presionar al alza los salarios, la inflación y, en consecuencia, los tipos de interés de la libra. De hecho, el Banco de Inglaterra (BoE) sugirió recientemente una subida de tipos inminente y aumentó sus advertencias contra una inflación que se sitúa en el 4% debido, además, a los altos precios de la energía y a las disrupciones en las cadenas de suministros que están afectando a la economía global (la salida del Covid ha creado un shock de oferta y más al Reino Unido que es una isla). Se subestimó en su momento la duración de la crisis sanitaria pero también la capacidad de adaptación de los agentes y el favorable resultado del apoyo de las políticas monetarias laxas y de las ayudas de los Gobiernos.
Los mercados lo están reflejando
Por análisis fundamental los mercados de acciones ingleses parecen caros y la rentabilidad por beneficios de las empresas cotizadas no ha subido como lo han hecho la inflación y la rentabilidad de la deuda soberana: el retorno que ofrece el bono soberano ha pasado del 0,1% al 1% en los últimos 12 meses y la rentabilidad por dividendo ha caído del 4% al 3,7% según datos del grupo financiero británico MAN. El índice de Bolsa inglés FTSE 100 se sitúa a la cola de rentabilidades entre los principales índices europeos en 2021 y sus perspectivas, como vemos, no son favorables en estos momentos.
El Brexit pesa y Boris Johnson busca el conflicto
En el maremágnum que aquí explico parece que el Reino Unido quiere ahora cambiar las reglas del juego y renegociar el denominado Protocolo de Irlanda de larga discusión con la Unión Europea (UE) que determina, entre otras cosas, el estatus excepcional de Irlanda del Norte como miembro del Mercado Interior de la UE con la obligación de cumplir las normas fitosanitarias europeas («guerra de las salchichas» que vivimos este pasado verano y que todavía colea en referencia a la llegada de carne refrigerada a Irlanda del Norte).
En definitiva, las tormentosas relaciones pos-Brexit entre la UE y el Reino Unido provienen de la creación en muchos sectores de la economía de una situación de cuellos de botella insostenible para los ciudadanos británicos con un deterioro de su calidad de vida que va a más y que sus gobernantes no quieren aceptar ni afrontar. Al final, Boris, como dice la canción, o cancha a Europa y gasolina o tendrás que convocar elecciones anticipadamente y seguramente perderlas. Suena bien y también suena por aquí.
Asesórense bien y sean prudentes.