Después de las fuertes alzas de la pasada semana en la renta fija y variable de todo el mundo afrontamos una nueva fase de mercado dentro de la todavía inexpugnable crisis sanitaria. Las compras impulsaron los índices bursátiles a niveles que no veíamos desde hacía tiempo: máximos históricos en EEUU, mayor subida semanal del Ibex en una década (+13%) y alzas generalizadas en todo tipo de activos excepto, como era de esperar, en el Oro, y, oh sorpresa, en el tecnológico Nasdaq que cayó casi un -2%. Parece que una progresiva normalización de la vida de las personas apoyada en las futuras vacunas contra el virus Covid-19 podría traer algunos cambios en el comportamiento de los activos financieros.
Un nuevo entorno de inversión podría estar cerca
La menor incertidumbre política que supone la superación del episodio electoral en EEUU y el componente de visibilidad en la superación de la crisis sanitaria no son suficientes para asegurar un entorno exento de volatilidad. Todavía deben producirse una serie de hitos, como la garantía de disponibilidad generalizada de la vacuna en la primera parte de 2021, para devolver la confianza a los mercados.
Con todo, creo que, como contaba hace unos días en Citywire Johanna Girklind, responsable de inversiones de Schroders, podríamos estar en el comienzo de una rotación sectorial desde los valores más favorecidos por el confinamiento a los que denomina stay at home stocks (aquí entrarían compañías tecnológicas ligadas al comercio electrónico y redes sociales, entre otras) hacia empresas más cíclicas (algunas muy castigadas en Bolsa como turismo, aerolíneas, inmobiliarias, etc.) que se verían beneficiadas por una recuperación económica más consistente y veloz ayudada por los avances médicos. ¿Se entiende ahora mejor por qué caía el Nasdaq mientras todo subía?
En definitiva, podríamos estar cerca de la esperada por muchos rotación sectorial que favorecería el precio en Bolsa de muchas compañías arrinconadas en el mercado a pesar de su teórica infravaloración en detrimento de las grandes tecnológicas, ya que algunos negocios cíclicos se verán impulsados no sólo por la recuperación económica sino también por los programas públicos de inversión.
Sin olvidar la necesidad de contar/aumentar la sensibilidad de las carteras a las grandes tendencias de crecimiento…
Lo explicado en el punto anterior no debe hacernos olvidar la necesidad de continuar contando con exposición a lo que denominamos nichos de rentabilidad asociados a las grandes tendencias de crecimiento de la humanidad que, manteniendo una correcta visión de medio/largo plazo, son indispensables en cualquier cartera que quiera obtener retornos sólidos en renta variable. Me refiero a negocios/fondos de inversión vinculados a la transformación digital que se apoya directamente en el sector tecnológico pero también en otros sectores como sanidad y educación y a la transición ecológica y la sostenibilidad, entre otros.
…y a áreas geográficas especialmente bien posicionadas
Se trata de los mercados de acciones y de bonos asiáticos, centrados fundamentalmente en China. Como escribía en este blog hace unas semanas, estos activos son en estos momentos otro nicho de rentabilidad que además incrementa la diversificación y ayuda a reducir la volatilidad de la cartera. Muchas de las mayores oportunidades de inversión de la próxima década de transformación se materializarán, previsiblemente, en Asia.
Asesórense bien y sean prudentes.