Medios de pago: ¿inversión ganadora?

Algunas de las  grandes tendencias  sobre las que he escrito mucho en este blog y que se apoyan en el cambio de hábitos de la sociedad moderna podían tener antes un matiz coyuntural pero, ahora, la pandemia las ha convertido en  estructurales. Dentro de la volatilidad inherente a la Renta Variable, muchas de las compañías en ellas encuadradas van a continuar con su buena evolución en Bolsa. En esa línea, la utilización de los medios de pago digitales presenta todavía un potencial excepcional y su transversalidad dentro de la actividad de muchas empresas cotizadas la convierte en una de las tendencias líderes como destino de inversiones. El mejor exponente de todo ello es la industria denominada fintech  o  Financial Technology  (en español Tecnología Financiera) que aplica nuevas tecnologías a la ejecución de transacciones económicas y a la actividad financiera y de inversión.

Crecimiento imparable por la pandemia

Según la Comisión Europea, en lo que llevamos de año 2020 los pagos digitales sin efectivo han aumentado un 69% en Europa. Es evidente que la principal culpable de ese crecimiento es la crisis sanitaria. Ya no es solo el temor, infundado o no, de que el uso de monedas y billetes pueda transmitir el virus, es también el auge del reinante comercio electrónico, que está haciendo sucumbir a miles de comercios exclusivamente presenciales, lo que ha impulsado definitivamente a las transacciones electrónicas.

El móvil se consolida como medio de pago y la revolución digital en los servicios bancarios se intensifica

Lo  contaba Expansión  en el apogeo de la pandemia: se dispara el uso del teléfono móvil en la operativa bancaria. Como cuenta ese artículo, “la transición desde el modelo de banca tradicional de proximidad hacia una  nueva operativa a distancia  sustentada por los avances tecnológicos ya era una realidad antes de la irrupción del coronavirus, pero éste le ha proporcionado un impulso decisivo”. Sin ir más lejos, en la fusión de Bankia y Caixabank se demostrará la actual magnitud de los servicios financieros digitales, tanto en su penetración entre los clientes como en su capacidad de generar ingresos.

La brecha digital y la economía sumergida

El uso del efectivo continuará reduciéndose en España y en el resto de Europa cada vez a mayor velocidad pues las empresas y los Gobiernos europeos se sitúan a la vanguardia del desarrollo global del sector  fintech. La denominada brecha digital que considera a personas en riesgo de exclusión financiera y a quienes no pueden tener acceso a tarjetas o a relaciones con entidades bancarias o, simplemente, no quieren tenerlas, podría  dificultar un avance más veloz  de los medios de pago digitales. Sin embargo, el relevo generacional unido a la penetración de la tecnología en la vida de las personas y al  deseo de los Gobiernos de lograr la máxima trazabilidad  posible del dinero para reducir la economía sumergida, son factores con creciente influencia en el día a día de todos los países y que acabarán por imponer la tecnología financiera en los medios de pago.

La jugosa vertiente para el inversor

El aprovechamiento de esta tendencia desde el punto de vista de la inversión puede lograrse fácilmente en estos momentos gracias a gestoras que cuentan con  vehículos centrados en temáticas  de inversión como la que aquí describo y a gestores que manejan fondos o sicav con especial sesgo en sus carteras hacia este tipo de compañías  fintech. Éstas están logrando generar los ingresos que las operadoras de telecomunicaciones, probablemente de manera injusta, no han conseguido obtener pese al auge del mundo electrónico, lo que sigue siendo muy llamativo cuando son las que prestan las  “autopistas”  para que todo ello funcione. Paradojas de la economía que deben gestionarse con buen criterio a la hora de invertir.

Asesórense bien y sean prudentes.

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