Entre los chinos y Trump no hay manera de avanzar en el camino de salida de esta crisis de origen no financiero sino sanitario pero con alarmantes y altamente negativos efectos en la economía y, en consecuencia, en los mercados financieros y en las entidades e inversores en general. Es evidente que pensar en la verdadera recuperación es difícil hasta tener solución médica. Pero también es obvio que la variable geopolítica podría jugar a favor en vez de penalizar. Peso a todo, y aunque a muchos les pueda parecer contradictorio, la Bolsa estadounidense se mantiene en niveles no tan lejanos de los que existían a comienzo de año.
Lo sucedido hasta ahora
El 23 de marzo pasado, el principal índice bursátil de EEUU, S&P 500, se situaba en 2.237 puntos, reflejando una caída anual acumulada de casi el -31%. Desde ese momento hasta ahora ha recuperado un +28%, lo que ha reducido la caída desde enero a un muy llevadero para el inversor -12%, un 20% menos que la caída del Ibex y casi un tercio con respecto a la del Eurostoxx 50. Si razonamos en euros, como es lo habitual para la mayoría de europeos, y hemos invertido sin cubrir la divisa, ese -12% se reduciría en un +3,5% equivalente a la apreciación del Dólar contra el Euro.
Lo que podría venir
Nadie conoce mejor la Bolsa de EEUU que los analistas allí ubicados. De entre ellos, expondré el de la gestora First Trust. En estos momentos, su visión sobre la evolución de la Bolsa americana, basada en su modelo de capitalización de beneficios y situación de tipos de interés, se resume en:
- Consideran un nivel mínimo de 3.100 puntos para el índice S&P 500, es decir, +8,25% sobre su cotización actual.
- Lo anterior se apoya en una caída de los beneficios del 50% en 2020 y en una rentabilidad del bono americano a 10 años del 1,25% (al 0,65% en la actualidad).
- Pero realmente, el pronóstico de First Trust para 2020 es de una bajada de los beneficios empresariales para las compañías del S&P 500 del 25% y una rentabilidad del Treasury del 0,9% a final de año, lo que supondría, aplicando su modelo de valoración, un nivel del índice bastante más alto.
- En esa línea y previendo una recuperación de los beneficios en el año 2021, el índice S&P se situaría entonces en 3.650 puntos.
Conclusión: si nos fiamos de estas proyecciones, la capacidad de apreciación de la Bolsa en EEUU para lo que queda de ejercicio y el siguiente sería de cerca del +28%.
Lo que pide el cuerpo
Tras el fuerte rebote desde mínimos anuales y visto el incremento del desempleo en EEUU (por encima ya del 15%) y el desplome del PIB (se prevén caídas del 30% en el segundo trimestre de este año), una reacción lógica sería la de salir corriendo y vender la posición que nos quede en cartera ligada a Renta Variable americana pues su comportamiento es contradictorio con las variables macro descritas.
Sin embargo, como recuerda First Trust en su análisis, cuando compramos acciones de una empresa cotizada no estamos adquiriendo un porcentaje del PIB del país, sino una participación en los beneficios que la compañía que adquirimos será capaz de generar en el futuro gracias a su buen desempeño empresarial y a las ventajas competitivas que logre alcanzar con respecto a otras firmas de su sector.
Lo que creo que debe hacerse
Es obligado recordar que la actuación de cada inversor viene impuesta por su personal aversión al riesgo y la visión de plazo de las posiciones en cartera. A ello debemos ahora incorporar los elementos diferenciales que ha traído la crisis sanitaria del Covid-19: la dependencia del avance de la investigación médica para la normalización de la vida social y económica, la posibilidad de que muchas empresas no aguanten en este nuevo entorno y acaben por quebrar, el cambio de costumbres en el consumo que impulse definitivamente el comercio electrónico sobre el presencial, etc.
Considerando todo lo anterior y manteniendo la siempre requerida diversificación, mi recomendación es contar con cierta posición en acciones estadounidenses vía un fondo de inversión con gestión activa y centrado en las grandes dinámicas de crecimiento estructural que vertebran el avance de la humanidad. Por mucho que el momento que estamos viviendo pueda desanimarnos, que nadie crea que éste, el avance constante en la vida de los seres humanos, va a frenarse por el virus y que las zancadillas y trampas a las que buena parte de la clase política nos tiene acostumbrados van a poder someternos.
Asesórense bien y sean prudentes.
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