Visto el cansino entorno de tensiones comerciales, rumores sobre lo que puede hacer la Reserva Federal con los tipos y prosopopeya política doméstica, creo que es buen momento para escribir sobre algo objetivamente bueno para la inversión y para el mundo en general. Me refiero, claro, a la inversión sostenible, con criterios éticos y respeto al entorno y a las personas.
La satisfacción del inversor
En la inmensa mayoría de los casos, la satisfacción de un inversor se basa en el nivel de retorno obtenido. Si esa rentabilidad es positiva y se obtiene invirtiendo en bonos o acciones de empresas que incorporan en su organización criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG), esa satisfacción va a multiplicarse. ¿Se trata de una moda ligada a las nuevas tendencias de la sociedad moderna o tiene un sustrato fundamental?
Fuente de Alpha
Hasta el año 2000, los inversores pensaban que la integración de factores ESG en sus decisiones de inversión significaría renunciar a la rentabilidad. Sin embargo, en estos momentos un creciente número de análisis demuestra que las empresas que cuentan con una gobernanza firme a nivel medioambiental y social obtienen mejores rendimientos y que, tarde o temprano, acaban reflejándose en sus cotizaciones en Bolsa. Como muestra, Bank of America Merrill Lynch confirmaba lo anterior en junio de 2017 afirmando: “La inversión ESG podría haber ayudado a los inversores a evitar el 90% de las bancarrotas”, refiriéndose al período posLehman.
En la actualidad, una cartera que basa su gestión exclusivamente en la Teoría Moderna de Carteras y en el análisis fundamental está dejando pasar una potencial fuente de Alpha (rentabilidad que se obtiene más allá del puro comportamiento del mercado) que, además, constituye un valor en sí misma por lo que comporta para la sociedad. Porque se puede lograr Alpha financiera y Alpha de otra categoría. Me refiero a los parámetros ESG citados más arriba cuya utilización en la selección de activos financieros que forman parte del portfolio puede convertirse en un elemento diferencial en la evolución de la rentabilidad de una cartera. Invertir de manera socialmente responsable permite ampliar el espectro del análisis de los riesgos y oportunidades de la creación de valor.
Mejores resultados en la gestión
Según la gestora del grupo suizo Vontobel, uno de los líderes europeos en inversión sostenible y socialmente responsable, son tres las maneras en que los factores ESG mejoran los resultados de la inversión y se reflejan en el siguiente cuadro:
Fuente: Vontobel AM.
Estamos pues ante una fuente rica y no totalmente valorada de información referente a la cultura de una empresa, a los riesgos reputacionales y regulatorios, al cuidado del medio ambiente, etc. Una correcta gestión de esa información y su plasmación eficiente a la hora de construir una cartera de inversión permite hoy en día dotarse de un valor añadido en la gestión de carteras y en la vida de todos. Que nadie olvide que los asesores y, en consecuencia, muchos inversores tienen cada vez más en cuenta este enfoque a la hora de entregar su dinero a uno u otro gestor.