El mandato de Mario Draghi, actual Presidente del Banco Central Europeo (BCE), finalizará a final de octubre próximo. Es el tercer máximo mandatario del BCE y el que ha tenido que enfrentarse con la mayor crisis del Euro cuya desaparición vaticinaban muchos analistas allá por 2011. En junio de 2014 tomó las medidas de política monetaria más agresivas que se habían visto en la Eurozona: redujo el tipo de interés oficial del 0,25% al 0,15% (más adelante lo dejaría en el 0% actual, situó por primera vez en negativo (-0,10%) los tipos de la facilidad de depósito para la banca (más tarde la llevaría hasta el -0,4%) e instauró también para la banca las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO). El motivo para todo ello no era otro que impulsar el crédito y el consumo. Los daños colaterales de tales decisiones fueron manifestándose en las cuentas de resultados de los bancos.
Última reunión del BCE
El pasado jueves tuvo lugar la última reunión de la autoridad monetaria europea que tomó, entre otras, las siguientes medidas:
- No variar el tipo de interés oficial (0%) hasta pasada la primera mitad de 2020. El margen de intermediación de la banca continuará así bajo mínimos.
- Mantener asimismo la tasa de depósito para los bancos en el -0,4%, manteniendo la penalización que supone para éstos depositar el cashde su balance en el BCE y que se calculaba por AFI el pasado abril en 7.500 millones de Euros anuales (por eso a los bancos les quema la liquidez y no quieren que sus clientes la tengan en sus cuentas corrientes).
- Comenzar una nueva serie de TLTROs a un tipo que se fijará en la tasa de depósito más 0,1% (el BCE por tanto va a prestar a la banca a -0,3%). Esto supone más liquidez en el sistema para que los bancos presten más aunque sea a tipos bajísimos para potenciar el crecimiento económico. No olvidemos que los préstamos bancarios ligados a las TLTRO deben obligatoriamente concederse en la economía real y no puede destinarse ese dinero prestado por el BCE a otros objetivos como, por ejemplo, comprar bonos).
La contradicción en que se mueve la banca
Es cierto que el actual entorno monetario es negativo para las cuentas de resultados de las entidades de crédito de la Eurozona. Pero es igualmente verdad que sin la actuación del BCE la solvencia de la banca sería de nuevo puesta en duda debido al potencial riesgo de recesión de la economía europea. El BCE apuntala de esta manera la solvencia de la banca salvando al Euro, a la Deuda soberana de los países (pago mínimo de intereses por curvas de tipos de bonos públicos en territorio negativo) y, en definitiva, dando oxígeno a la economía de una Europa que no logra la tracción suficiente para siquiera acercarse a los crecimientos que los americanos están logrando desde hace diez años.
Las cotizaciones lo reflejan
En este contexto, las expectativas de recuperación de los precios en Bolsa de los bancos europeos han vuelto a caer. El ratio que relaciona la cotización bursátil del sector con su valor en libros lleva por debajo de 1 muchos años (versus 1,8 actual de la media del Eurostoxx 600). ¿Qué significa esto? Algo tan sencillo como que los inversores desconfían de las cuentas bancarias y de su capacidad de lograr en ellas ingresos incrementales en el futuro.
El negativo comportamiento en los últimos años del índice de bancos europeos muestra la realidad descrita en este post:
Fuente: investing.com
¿Debería de acabar esta tendencia bajista?
La respuesta a esta cuestión no es pacifica y hay opiniones para todos los gustos. El tan anunciado final de la banca y su sustitución por las grandes tecnológicas está, si algún día se produce, muy lejos en el tiempo. De hecho, los bancos estadounidenses, sin ser el mejor sector bursátil, se han recuperado progresivamente desde las caídas de 2008 – 2009. No así en Europa.
A mi juicio, a poco que, como esperamos, la economía europea mantenga el bajo crecimiento en que nos movemos, alejando así la recesión y un escenario de impagos/mora, las Bolsas reconocerán la infravaloración de muchos bancos europeos y sus cotizaciones acabarán recuperando parte del camino perdido. Puede que el timingpara ello esté muy ligado a la toma de “medidas amigables” por parte del BCE, especialmente, en el corto plazo, con una progresiva supresión de la penalización de la facilidad de depósito acercando el tipo de ésta al 0% (en estos momentos en el -0,4% como explico más arriba). Además, varios bancos europeos, BBVA y Santander a la cabeza, son verdaderas multinacionales para las que el peso de su negocio europeo es cada vez más secundario.
Por todo lo anterior, algunos valores del sector bancario presentan características que los hacen una buena oportunidad de inversión, más táctica que estratégica pero oportunidad. Eso sí, con paciencia.
Asesórense bien y sean prudentes.