Finalizado el tercer trimestre de este ejercicio de 2018 que está siendo especialmente ingrato en los mercados financieros, el color rojo de las caídas caracteriza a casi todos los activos tanto en los mercados de acciones como en los de bonos. La excepción alcista de las Bolsas de EEUU y del precio del petróleo no compensa las penurias que padecen las carteras diversificadas por tipo de activo y zonas geográficas. Teniendo en cuenta el soporte que facilita el crecimiento de la economía estadounidense al resto del mundo y el favorable avance del PIB global, no me parece razonable el mal comportamiento que se está produciendo en algunos mercados. Es cierto que hay varias causas para ello, pero también que éstas pueden ser más coyunturales que permanentes.
Guerra comercial, crecimiento en China, populismo en Italia y subida del Dólar
Las citadas arriba son las causas que penalizan el comportamiento de la renta variable y de la renta fija en Europa y en la mayoría de zonas emergentes. No profundizaré en ellas pues son de sobra conocidas por los lectores de este blog. Sólo recordaré que los mercados financieros siempre están condicionados por elementos exógenos, como la política, que pueden ser favorables o desfavorables según el momento. La estabilidad total no existe. Se trata de evaluar su influencia de la manera más correcta y de saber superar esa “capa de contaminación” que cubre los mercados, si realmente sólo se trata de ella, para prestar atención a los fundamentales macro y microeconómicos.
Pese a la volatilidad de Italia, la economía europea sigue fuerte
A aquéllos que hemos apostado por la renta variable europea en los últimos años, cuando miramos los datos de evolución de las Bolsas de EEUU y los comparamos con los europeos, nos pueden entrar ganas de claudicar en la estrategia, vender las acciones europeas y concentrar en acciones estadounidenses. Lógica reacción pero, a mi juicio, ponerla en práctica sería un error.
El hecho de que el Gobierno italiano haya anunciado un mayor déficit (2,4% del PIB frente al compromiso del gobierno anterior del 0,8%) no es positivo pero tampoco debería ser un lastre insuperable para la economía y estabilidad europeas siempre que el compromiso de atender el servicio de deuda por parte del Estado italiano sea suficientemente sólido y constante. Veremos cómo se articula la propuesta definitiva a la Comisión Europea y la reacción de las Agencias de Rating.
En los próximos días conoceremosreferencias macroeconómicas relevantes: nuevos datos de empleo en Estados Unidos e índices de confianza empresarial (ISM manufacturero y de servicios americanos y los PMIs finales de septiembre de Europa).Veremos si indican que elciclo económico sigue pujante y si éste impulsa las expectativas de resultados empresariales que comenzaremos a conocer a mediados del presente mes de octubre.
¿Aún merece nuestra confianza la Bolsa europea?
Si las noticias que llegan desde Italia empiezan a reflejar actitudes más conciliadoras y los principales ejes de tensión emergentes (Argentina y Turquía) dan señales de progresiva normalización, el foco de atención de los inversores puede volver a la actividad económica y a los datos de resultados corporativos. Así, de confirmarse la esperada bondad de éstos, el entorno puede volverse constructivo para la renta variable en Europa durante el último trimestre del año, especialmente para muchas compañías olvidadas por los inversores y cuyas cotizaciones se encuentran muy alejadas de sus precios objetivo.
Asesórense bien y sean prudentes.