Los recientes episodios de volatilidad, con sesiones de fuertes caídas, especialmente en nuestro mercado, hacen que muchos inversores se planteen la pregunta del título. No creo que sea el momento de salir de bolsa pero sí, aprovechando las caídas, y si no se ha hecho antes, de reenfocar los componentes de la cartera.
La visión alcista no ha variado
Mantengo una visión alcista para la renta variable por los siguientes motivos:
- Porque el crecimiento global va a seguir acelerándose ya que no parece que los sucesos geopolíticos que están aconteciendo lo pongan en riesgo.
- Porque pese al último dato ligeramente negativo en el desempleo de EEUU y superado ya el flojo y frío primer trimestre, este país continúa sorprendiendo positivamente en la mayoría de sus indicadores, lo que debe compensar la retirada progresiva de estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal.
- Porque China mantiene una tasa de crecimiento en el entorno del 7,5%.
- Por la más que probable implementación por el Banco Central Europeo de medidas adicionales a las ya anunciadas (nuevas inyecciones monetarias a los bancos denominadas TLTRO ), lo que debería dar más tiempo a Francia e Italia, países que hoy son los más problemáticos para la Eurozona, para poder lograr mejoras en sus indicadores macroeconómicos.
- Porque la salida de la recesión es todavía muy tímida en Europa y Japón y los bancos centrales de estas zonas van a mantener durante más tiempo sus políticas monetarias ultra expansivas y, debido a ellas, va a continuar la falta de alternativas atractivas de inversión distintas a la renta variable.
¿No hay riesgos a la vista?
Los hay y muchos, especialmente si los resultados de las empresas siguen siendo excesivamente erráticos en cuanto a su evolución. No las voy a enumerar aquí, pero desde el fenómeno independentista en el ámbito doméstico hasta el estallido de la burbuja de la renta fija, pasando por movimientos inesperados, especialmente en lo militar, de Putin, son suficientes razones para caminar con cuidado entre los valores cotizados.
Evitar las arenas movedizas
Arenas movedizas o zonas de riesgo. Me refiero a compañías y sectores cuyas cotizaciones han experimentado fuertes revalorizaciones sin un sustento fundamental suficiente que justifique tal comportamiento. También a empresas que han defraudado con sus resultados publicados (varias empresas del sector consumo con Adidas a la cabeza) o que siguen teniendo zonas oscuras en su contabilidad (muchos bancos europeos son buen ejemplo de ello).
¿Cómo reducir riesgo sin vender bolsa?
Considero la gestión activa de carteras y la selección de valores de calidad como una de las pocas vías para reducir el riesgo que siempre supone, y hoy no es una excepción, contar con acciones en la cartera de inversión.
Seleccionar bien no es tarea fácil. Son significativos los datos de los que se hacía eco Funds Europe la semana pasada sobre los fondos de inversión de gestión activa y su comportamiento respecto a sus índices de referencia o benchmarks: en bolsa europea, sólo un tercio superaba a su benchmark, en bolsa americana tan solo el 20% y en bolsas emergentes poco más del 10%. De ahí que la selección y diversificación de los componentes de la cartera sean hoy nuevamente elementos indispensables para poder sortear en cierta medida las situaciones de riesgo que van a seguir sorprendiéndonos. No, con una cartera compensada al riesgo aceptado, no vendería ahora renta variable, pero sí contaría exclusivamente con compañías de calidad, o fondos que las contengan, y vendería aquéllas cuyos precios siguen sin estar justificados por sus resultados ya que sus cotizaciones pueden seguir bajando.