En la primavera de 2011, con la rentabilidad del bono alemán a 10 años (bund) en el entorno del 3,25%, casi nadie pensaba que la principal referencia de la renta fija europea llegaría hasta prácticamente el 0%. Y cayendo. Hoy, la mayoría de analistas creemos que existe una burbuja en la renta fija de los países desarrollados, con la europea a la cabeza. El riesgo que esta situación encierra para los inversores es mucho mayor del que la mayoría de ellos acostumbra a apreciar. Si alguien dudaba de ello, no hay más que analizar lo sucedido la semana pasada.
La rentabilidad del bund se multiplicó por dos
Incluso algo más y en sólo unos días. Aunque el movimiento extraña menos al ver que el punto de partida del lunes 20 de abril era de 0,06%. Así, para satisfacción de los que están “cortos” en este activo (hoy es el caso de muchos gestores de renta fija y multiactivo con enfoque flexible), el bund cerró la semana pasada con una rentabilidad ligeramente por encima del 0,15%. Sigue siendo un nivel ultra bajo, pero el movimiento es indicativo de lo que puede pasar en adelante en el precio de los bonos.
Caídas de precio superiores a medio punto en unos días
Eso fue lo que sucedió durante esos días en el precio de los bonos soberanos alemanes. Y, en distinta medida, también en muchas otras referencias europeas tanto públicas como privadas. Así se reflejó en el valor liquidativo de los fondos de inversión de renta fija con gestión más tradicional (comprar y mantener) y, especialmente, en la cotización de los ETFs que replican el comportamiento del tramo largo de la curva europea de bonos soberanos de máxima calidad.
Los cortos infravaloraron el QE de Draghi
Como mencionaba más arriba, son muchos los gestores de renta fija que llevan tiempo tomando posiciones cortas (vendedoras) sobre el bund a la espera de que su rentabilidad comience a revertir y se sitúe en un entorno más propio de un país y, por qué no, también de una zona económica, que están inmersos en un ciclo económico de recuperación. El resultado de tal estrategia de gestión no ha podido ser peor.
La caída continuada de la rentabilidad del bund y la subida, por tanto, de su precio, no han hecho más que acrecentar las pérdidas de las carteras que cuentan de manera preponderante con este enfoque de gestión. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) sigue haciendo lo necesario, ahora en forma de compra de bonos en mercado abierto, para que los tipos de interés de la Eurozona sigan bajo mínimos. Como ejemplo, el siguiente gráfico que Campuzano, estratega jefe de Citi, mostraba hace unos días y que refleja cómo, analizando el saldo vivo de cada plazo de renta fija europea y dividiendo los plazos por tipos, el 82% del total ya tiene tipos de interés por debajo del 1.0 %.
El mercado es soberano
Decía hace unos meses Bill Gross, uno de los mayores gestores de renta fija de la Historia hoy trabajando en la gestora Janus, que desde 2008 las reglas de la economía basadas en las finanzas parecían haber cambiado sustancialmente. Lo comparto plenamente, es la “nueva normalidad”, así denominada por el rey de los bonos, un escenario en el que las economías desarrolladas muestran un periodo de crecimiento inferior al potencial, tienen un elevado desempleo y en donde el papel del gobierno se torna casi imprescindible para impulsar el crecimiento.
Pero hay un punto en el que las cosas no han variado: los mercados continúan siendo soberanos. Por ello, en cualquier momento y por mucha QE que se implemente, los inversores mirarán, como sucedió hace unos días, hacia la deuda griega, ahora mayoritariamente en manos del BCE, con un bono a 2 años cuya TIR supera el 25%, y a la montaña de deuda de los países europeos que no ha parado de crecer en los últimos años, y comenzarán a vender renta fija llevando de este modo las rentabilidades de los bonos a un nivel más acorde con este marco.
Detonantes para el pinchazo
Hay varios potenciales detonantes para que la burbuja de la renta fija comience definitivamente a deshincharse. El más evidente es la subida de tipos de interés en EEUU por parte de la Reserva Federal que podemos ver dentro de unos meses. Más a corto plazo, el deterioro que estamos presenciando de las relaciones entre Grecia y el Eurogrupo que podría degenerar en una crisis de la banca griega motivada por la salida de dinero del país, por el incremento de la morosidad y, sobre todo, por la interrupción por parte del BCE del denominado ELA (Emergency Liquidity Assistance), mecanismo de último recurso por el que se inyecta liquidez en las entidades bancarias europeas que están al borde de la insolvencia y que hoy es la única esperanza de los bancos griegos para sobrevivir.
La revalorización del precio del bono alemán en los últimos cuatro años supera el 30%, cifra, sin duda, más cercana al comportamiento de la renta variable que al de la fija. Nadie sabe con seguridad cuándo empezará su caída, pero me temo que ésta también puede ser más propia de la bolsa que de los bonos. Sean prudentes.
2 comentarios en “¿Comenzó el pinchazo de la burbuja de los bonos?”
Los comentarios están cerrados.